El exvicerrector de la UCM declara sobre la cátedra de Begoña Gómez
El exvicerrector de Relaciones Institucionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Juan Carlos Doadrio, declaró ante el juez que investiga la creación de una cátedra para Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez. Durante su testimonio, Doadrio explicó que antes de aprobar la cátedra se revisó la experiencia previa y cualificación de Gómez, destacando que “había dado ya un máster” y que su puntuación era “muy buena”.
Doadrio aseguró que el rector de la UCM, Joaquín Goyache, fue quien le indicó en 2020 que debía crear una cátedra para Begoña Gómez. El exvicerrector no tuvo contacto personal con Gómez hasta la firma del convenio, y toda la gestión previa se realizó por correo electrónico, según su relato. También aclaró que la documentación enviada no presentaba inconvenientes, pero faltaba el nombre de un profesor permanente, algo obligatorio cuando el director es externo a la UCM.
Además, señaló que tenía conexiones con empresas, lo cual consideró un aspecto positivo para la cátedra.
Revisión de la experiencia y conexiones de Begoña Gómez
Antes de la aprobación de la cátedra para Begoña Gómez, el exvicerrector Juan Carlos Doadrio afirmó que se revisó su experiencia previa y conexiones. Según su testimonio, estas conexiones empresariales encajaban con los objetivos de la “Cátedra de Transformación Social Competitiva”, que Gómez impulsaba.
Durante la declaración, el exvicerrector detalló que fue el rector de la UCM, Joaquín Goyache, quien le pidió personalmente que creara esta cátedra para la esposa del presidente, sin ofrecer más detalles ni razones. Sin embargo, Doadrio subrayó que mientras la documentación estuviera en regla, no tenía objeciones para proceder con su creación.
Falta de remuneración y requisitos en la cátedra de Begoña Gómez
Doadrio también aclaró que Begoña Gómez no recibía pagos por su participación en la creación de la cátedra, excepto por las clases que impartía en el máster. Gómez solicitó la posibilidad de cobrar 15.000 euros por cada curso, pero esa propuesta fue rechazada por razones presupuestarias.
Además, el exvicerrector mencionó que uno de los problemas encontrados fue la ausencia de un profesor permanente, un requisito imprescindible cuando el director de la cátedra es externo a la universidad. Finalmente, incluyeron la necesidad de este profesor en la documentación para evitar responsabilidades legales.