En un giro inesperado durante el gran estreno de «El diario de Jorge», presentado por Jorge Javier Vázquez, el público de Telecinco ha sido testigo de un suceso que desató sospechas y levantó cejas entre los espectadores más atentos. La nueva apuesta del canal por las tardes ha buscado revivir el formato clásico de entrevistas y confesiones personales, iniciando con una sección titulada ‘¿Qué me estás contando?’, destinada a revelar secretos familiares y otros asuntos personales de anonimato. Sin embargo, fue la ejecución de esta sección lo que desencadenó controversia.
La primera invitada, Ángela, una abuela que se ha ganado una cierta notoriedad en TikTok gracias a los vídeos que publican sus nietos, acudió al programa con la intención de reclamar una parte de las ganancias generadas por el contenido. A pesar del pretexto aparentemente trivial, lo que captó la atención de la audiencia ocurrió detrás del escenario, en un momento que pretendía ser privado.
Durante la espera para su entrada en plató, se activaron inadvertidamente los micrófonos de José Joaquín y Álvaro, nietos de Ángela, permitiendo que las cámaras capturasen su ensayo de lo que dirían ante las cámaras. Este ensayo incluyó una corrección por parte de uno de los miembros del equipo del programa sobre la pronunciación de la palabra «piercing» mal dicha por uno de los jóvenes, revelando así una preparación previa que desconocía gran parte del público.
A medida que el fragmento de conversación llegaba a los oídos de los espectadores, no tardaron en surgir teorías y especulaciones sobre la autenticidad de las historias presentadas en el programa. La rápida reacción de Vázquez, quien solicitó de inmediato dejar de emitir el audio del «búnker» donde se encontraban los invitados, solo sirvió para avivar aún más las dudas sobre si el contenido de «El diario de Jorge» es genuino o si, por el contrario, todo está meticulosamente guionizado.
Este evento ha colocado el estreno del programa bajo el microscopio de la crítica, donde una parte del público, ahora escéptico, se pregunta qué más detrás de las cámaras permanece oculto a la vista de todos. Aunque la intención del programa era entretener y tal vez emocionar con relatos auténticos, este incidente ha sembrado la semilla de la desconfianza en una parte de su audiencia, llevándolos a cuestionar la realidad de lo que se muestra en pantalla en «El diario de Jorge».
