Tres locales del sector de la hostelería de Argamasilla de Calatrava, con una filosofía de negocio un tanto diferente por la clientela y servicio que dan, tienen en común las ganas de seguir agradando y de que, aunque la procesión vaya por dentro, su buen ánimo y mejor cara sirven de aliento al resto de paisanos en tiempos tan complicados.
Eva Pub
Se trata de un gesto común que, bajo la mascarilla, dejan a entrever los ojos y el resto del rostro que sigue al descubierto. Así lo brinda Adolfo al entrar a su icónico Eva Pub, en el número 3 de la calle Molino, al cobijo casi de la Glorieta Navarra, donde los más fieles siguen dándose cita para mantener conversaciones plenas de amistad.
A ello contribuye la música ambiente que hace sentirse a gusto y esa iluminación de baja intensidad tan acogedora, la amplísima licorera que preside el coqueto local o la barra que, aunque con otra disposición diferente, encarna la misma filosofía de complicidad que quienes ya tienen unos años recordarán de la mítica serie norteamericana ‘Cheers’.
Bajo esas sensaciones, Adolfo García echa la vista atrás para rememorar los 37 años que está al frente de este lugar, referente para tantas generaciones de rabaneros y de otros vecinos del entorno comarcal como “el disco-pub que ha sido siempre, creciendo poquito a poquito y haciendo una clientela”, en buena medida leal en tantos años.
Cócteles, mojitos, copas o cafés, con algún aperitivo o pastelito que echarse a la boca, ha sido, y es, su carta a saborear. “Es un sitio para estar un poquito a gusto, charlando, escuchando un poquito de musiquita, entreteniéndonos echando binguillos, haciendo fiestecillas en plan familiar”, dice el gerente de Eva Pub, que abre cada día a las 14,00 h.
Adolfo lo dice en un tono de voz que deja a entrever eso de que ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’, porque a pesar de ser pequeño el número de mesas para confidencias o de taburetes enfilados junto a la barra, con los testigos mudos de algunas paredes espejadas, lo cierto es que hoy en día la afluencia está siendo la justa y menos.
Entiende que “la gente tiene miedo y no sale”, pero entre eso y que los horarios son muy restringidos por las medidas sanitarias, “que tienes que cerrar cuando la gente sale de verdad”, lo cierto es que en estos meses la capacidad máxima de 30 clientes que como mucho tiene su local, no se aproxima ni apenas a un tercio en los mejores casos.
Esperanzado en que toda la pesadilla acabe y vuelva esa amplia variedad de clientela de siempre, desde jóvenes a más talluditos, amigos, parejas, etc., el abnegado empresario ahora no tiene posibilidad de sufragar la nómina de otros trabajadores a los que ha debido renunciar. “Sostener un local así, es matemáticamente imposible”, sentencia.
Y por eso, cuando se le cita la labor de apoyo consistorial, como es ahora la campaña navideña, Adolfo enfatiza que “el Ayuntamiento nos está ayudando, mucho no, más todavía y hacerlo todavía más sería ya imposible dentro de las posibilidades que ellos tienen, igual que nosotros intentamos defendernos dentro de nuestras posibilidades”.
Por último, deposita toda su fe “en que esto pase pronto, que podamos trabajar decentemente y que la gente no enferme y pueda salir a vivir la vida sin miedos y sin preocupaciones, a tomarse un cafecito, una copita y lo que le apetezca”, apostilla este hermano de una rabanera a quien quiere tanto, que le tomó su nombre para el pub.
Bar Occidente
En esa misma manzana, en plena Glorieta Navarra, se ubica Café Bar Occidente, un lugar al estilo de los bares más castizos, de cercanía al cliente, de buenas tapas y raciones, donde la cocina, más allá de la cerveza, el vino y otros tantos licores o refrescos, es el argumento irrenunciable para echar y prolongar un buen rato, cuando todo aquello era posible.
Hoy día, al igual que el resto de la oferta rabanera de este sector, se ve arrastrada por la incertidumbre y la poca afluencia, lo cual obliga a reinventarse casi a diario y a facilitar a domicilio, desde el escaparate de las redes sociales, exquisiteces como las gabardinas que salen de los fogones atendidos, cual mejor chef, por Nieves.
“Mi cocina es muy tradicional”, apunta alegre, recalcando la gran calidad de la materia prima que, en algunos casos, como las patatas, son fruto de la tierra rabanera o el tomate que ella misma guisa para las bravas o para la carne. “Todo el mundo dice que me sale de forma especial y algunos incluso hasta me piden la receta”
Juan Lajara, tras la barra, conoce bien los gustos de los clientes y confirma la buena acogida de exquisiteces marca de la casa. “Las gabardinas son auténticamente caseras, no utilizamos nada de precocinado”. Las bravas, el cochinillo o cochifrito a la sartén, el rabo de toro o los caracoles completan este toque de distinción propio del Occidente.
La carta, que se puede consultar con el simple gesto de acercar la función de escáner de códigos QR del móvil, ofrece una completa invitación a satisfacer el apetito con raciones o bocadillos a base de calamares, carnes y demás viandas, sándwiches o hamburguesas, con la posibilidad de disfrutarlo en casa con llamando al 626 529 496 o por Whatsapp.
En sus diez años de vida, como explica Juan, el Occidente es uno de esos espacios donde “la gente se siente agradable, en el que se les da un buen servicio y una cocina muy tradicional y que gusta mucho a la gente de aquí del pueblo”, siendo la clientela un popurrí variado, desde la que ya está entrada en años a la joven atraída por la música.
No en vano, esos dos tráileres del otro lado del mostrador, rotulados con la energía propia de míticos e incombustibles grupos como Kiss y AC/DC, marcan toda una declaración de intenciones para este “negocio estrictamente familiar”, que el matrimonio regenta y que antaño, en fechas de eventos, requería de contratación de ayudantes.
Ahora no es posible por las consabidas razones, así que es el propio Juan el encargado de atender también la pequeña terraza del exterior de este establecimiento, que suele abrir hacia las diez de la mañana para, tras un receso entre las tres y las seis de la tarde en casa, antes algo impensable, retomar el servicio. “Según se tercie, si hay gente claro”.
Reconoce que “esta situación la verdad es que la estamos llevando muy fastidiada por todos los sitios y los mismos compañeros dicen prácticamente lo mismo, estamos al límite e incluso diría que por debajo del límite”, concretando en que posiblemente los números reflejen una afluencia “bastante menos del 50% y eso se ve en el ambiente”.
Pero al mal tiempo sigue poniendo buena cara, así como las medidas de protección y desinfección para seguir dando el mejor de sus servicios, también ahora por Navidad.
El Paraíso del Sabor
Quizá el caso más paradigmático del golpe propiciado en Argamasilla de Calatrava por esta grave crisis sea el de la nueva cafetería, restaurante y pizzería ‘El Paraíso del Sabor’, pues tras la fuerte inversión en el emblemático ‘El Botánico’ por parte de otra ilusionada familia, el mazazo de mediados de marzo destrozó los planes iniciales de apertura.
En enero comenzaron el traslado, pero sobrevino la pandemia con el local de la calle Huerta de la Rufina a medio desmontar y el nuevo medio montado. “Teníamos pensado poder haber abierto en abril, para las fechas de Semana Santa, pero nos fue imposible”, perdiendo una gran oportunidad para hacerlo y teniendo que esperar para mediados de mayo.
Presentar este local de titularidad pública poco añade a lo que ya se puede conocer de él por otros negocios precedentes, pero sí merece la pena conocer el toque distintito de unos jóvenes emprendedores que, tras llevar cinco años en el sector hostelero con ‘Tu Pizza’, se decidió a ampliar horizontes y oferta culinaria desde el Parque ‘Huerta Asaura’.
Así, con el mismo esfuerzo y sudor de sus comienzos, saltaron a un concepto de cafetería y desayunos y de restaurante que, sin renunciar a más de una veintena larga de pizzas diferentes y artesanas ofrece ya carnes en diversas elaboraciones, pastas, raciones, ensaladas, sándwiches, migas y gachas los sábados o paella los domingos, postres caseros, cafés, dando también posibilidad de celebrar cumpleaños con tarta de regalo.
Ante el recelo de la clientela a hacer uso de la magnífica sala cuyo espacio garantiza, no obstante, una distancia prudencial, la posibilidad de servir en la terraza exterior durante los meses de bonanza del tiempo ha aminorado una situación que, “si no nos estuviera afectando el tema del Covid, el establecimiento se podría explotar muchísimo mejor”.
Así lo explica Iván Gómez, promotor de este negocio familiar que también en su apuesta por este lugar tenían puestas sus previsiones de celebración de fiestas, conciertos y otros eventos de celebración, “algo que este año hemos perdido, con el palo que eso implica, pero bueno, vamos a ir poquito a poco cogiendo el ritmo”.
La posibilidad de usar el parque infantil de bolas, de momento cerrado por razones obvias, será otro aliciente para atraer a un público eminentemente de padres y familias con hijos, grupos grandes con que llenar de vida el gran salón acristalado y climatizado. “Por eso soy positivo y porque si no el mejor, este local es de los mejores de Argamasilla”.
Y con la idea de corresponder “nosotros queremos dar la máxima calidad posible en nuestro producto, que la gente se vaya con un buen sabor de boca, precio asequible al haber bajado todos los precios de nuestra carta porque sabemos que son momentos muy difíciles y tenemos que amoldarnos al bolsillo de la gente, en su día a día”.
Una empatía, “la de adaptarnos a lo que estamos viviendo porque a todos nos está afectando” concreta Iván, que con él comparten sus dos compañeras, una es su esposa Ana y la cocinera del mismo nombre, contratada para esta labor. Además, para llevar los encargos de fin de semana, la plantilla se amplía con un repartidor.
Servicio que no se queda solo en Argamasilla, sino que llega a poblaciones limítrofes de Puertollano o Villamayor, siendo posible hacer los pedidos en el teléfono 926 478 414. Presencialmente, ofrecen su mejor acogida de lunes a viernes de 8,00 a 15,30 horas y desde las 18,00 horas y desde las 11,00 ininterrumpidamente el resto de días y festivos.