Cuando uno aterriza en Skopje, capital de Macedonia del Norte, lo primero que transita tras salir del aeropuerto es la Autopista de la Amistad, el eje por carretera que atraviesa el país y une Serbia con Grecia. Sin embargo, este nombre resulta paradójico en una región marcada por controversias históricas y disputas identitarias entre vecinos. En este contexto, Macedonia del Norte ha experimentado un turbulento proceso de integración en la Unión Europea (UE), pese a sus esperanzas de adhesión desde 2004.
El país ha sido especialmente afectado por las decisiones políticas de sus vecinos y la influencia de potencias extranjeras. Recientemente, los Estados miembros de la UE decidieron separar su proceso de adhesión del de Albania, un giro simbólico que coloca a Tirana por delante en las negociaciones y deja a Skopje en un limbo procesal. Esta situación ha generado un malestar generalizado en la población macedonia, según Vesna Poposka, del Instituto Prespa. La ciudadanía se siente agraviada por un proceso considerado injusto y politizado, en el cual el cambio del nombre oficial del país en un acuerdo con Grecia en 2018, no fue suficiente para acelerar su camino hacia la integración euroatlántica.
La decisión de separar las negociaciones de Macedonia del Norte de las de Albania ha aumentado la sensación de traición entre los nor macedonios y ha generado críticas hacia el carácter injusto del proceso de Ampliación de la UE. A esto se suma la caída del apoyo público a la UE al 60%, el dato más bajo hasta la fecha, y un claro pesimismo sobre el futuro europeo del país.
Por otro lado, Macedonia del Norte ha visto un cambio en su panorama político con la elección de la derecha nacionalista del VMRO, cuyas promesas incluyen revisar el acuerdo con Grecia y resistirse a las demandas de reforma constitucional solicitadas por Bulgaria. Estos cambios han abierto puertas a influencias externas, con un aumento notable de la propaganda rusa, aprovechando la parálisis en el proceso de integración europea.
El futuro de Macedonia del Norte en la UE se presenta incierto. Expertos como Jasmin Mujanovic critican la falta de voluntad real de la UE para incorporar nuevos miembros y advierten sobre las falsas promesas de integración rápida. Por su parte, Doris Malaj de la Universidad de Tirana y otros analistas sugieren que sin cambios significativos en la política de ampliación de la UE, la integración de los países de los Balcanes seguirá estancada.
En conclusión, la situación de Macedonia del Norte ilustra los desafíos y la complejidad del proceso de ampliación de la UE. La combinación de disputas locales, intereses geopolíticos externos y la política interna de la UE plantean preguntas difíciles sobre el futuro del país balcánico en el proyecto europeo. A medida que continúa el debate, una cosa queda clara: el camino hacia la integración europea es todo menos directo para Macedonia del Norte.
