El enigma tras el pacto entre Sánchez y ERC: Una mirada al futuro político

La táctica del silencio y sus implicaciones en el acuerdo con ERC

En política, el silencio puede ser interpretado de muchas maneras. Cuando un líder no se pronuncia, puede ser porque aceptar la situación, porque sus palabras podrían empeorar el panorama, o porque está esperando el momento oportuno para hablar. Esto parece ser lo que ocurre con Pedro Sánchez y su Gobierno en relación al acuerdo con ERC para establecer un cupo catalán similar al de Navarra y el País Vasco. Aunque este silencio pueda generar críticas internas, los socialistas confían en que “todo se entenderá mejor cuando llegue el momento adecuado”.

Durante esta semana, los socialistas han permitido que ERC controle la narrativa pública, lo que ha facilitado que la derecha reavive el temor de una España fragmentada. Existen dos momentos clave que explican esta prudencia. El primero, la consulta a la militancia de ERC, ya ha pasado con dificultades. El segundo es la investidura de Salvador Illa, y hasta que no se produzca, la situación seguirá siendo incierta.

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Según miembros de la dirección federal, lo pactado con ERC “será extensible” a todas las comunidades que lo requieran, aunque esto no conste explícitamente en el documento para evitar reticencias en la base de ERC.

Un acuerdo complejo y frágil

El pacto entre el PSOE y ERC es frágil y cualquier error puede ponerlo en peligro. Cada palabra y cada acción han sido cuidadosamente planificadas, y el PSOE ha optado por no disputar la narrativa en este momento, permitiendo que ERC tenga el protagonismo. El PSOE ha asegurado a sus miembros que no se pondrá en riesgo la solidaridad del sistema de financiación autonómica.

Aquellos que han estudiado el modelo actual admiten que, después de más de una década, “no es revisable” y que se necesita una nueva “mirada fiscal” para resolver los problemas de infrafinanciación que afectan a varias regiones. Lo que se está desarrollando es una segunda descentralización del Estado, un acuerdo muy complejo que aún no cuenta con el apoyo completo de los socios del gobierno de coalición. Esta realidad ha sido comunicada a los negociadores de ERC desde el principio.

Reacciones internas en el PSOE

Las críticas al pacto no se limitan a figuras como Emiliano García Page o Javier Lambán. Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias, también ha expresado su oposición. “Estamos en contra de la salida de cualquier comunidad del régimen común y no apoyaremos nada que vaya en contra de los intereses de Asturias,” declaró Barbón. No es común que un barón del PSOE, leal al Gobierno y favorable a la federalización del Estado, se oponga de esta manera, pero no acepta que el nuevo modelo se base en el principio de ordinalidad.

Salvador Illa está trabajando arduamente para convencer a los líderes territoriales del PSOE de que “nada está en riesgo”. Para Moncloa y la dirección socialista, el apoyo de ERC a la investidura de Illa es un hito importante, ya que representa una ruptura definitiva con el procés. Según fuentes de la dirección federal, lo pactado con ERC será extensible a todas las comunidades que lo necesiten, aunque esto no se haya detallado explícitamente en el documento para evitar reticencias en la base de ERC.

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