En una revolución televisiva este martes, 7 de enero, Belén Esteban tomó el mando de «La revuelta», un programa de la cadena pública, eclipsando incluso a sus habituales protagonistas, Broncano y Lalachus, especialmente tras su reciente polémica después de las campanadas. Esteban, conocida por su papel como colaboradora en «Ni que fuéramos», hizo valer una apuesta previamente acordada con el equipo del programa que, si lograban dominar la audiencia en las campanadas, ella tendría carta blanca en el programa. El resultado fue una excepcional noche en la que Esteban se convirtió en presentadora, entrevistando a Broncano y Lalachus en un inesperado giro que se ganó el aplauso unánime de la audiencia.
Con 2.387.000 espectadores enganchados y un 17,4% de cuota de pantalla, «La revuelta» no solo disfrutó de una noche de triunfo sino que también amplió su ventaja contra su competidor directo «El Hormiguero», por casi cinco puntos de share en su franja horaria. El éxito de este cambio de roles no pasó desapercibido para el recién nombrado presidente de RTVE, José Pablo López, quien aprovechó la ocasión para celebrar el regreso triunfal del programa después de sus vacaciones navideñas, y destacando el apoyo masivo del público a Lalachus después de la controversia generada por Hazte Oír y Abogados Cristianos.
Sin embargo, esta jugada arriesgada de televisión no fue bien recibida por todos. Rosa Villacastín, una periodista veterana, criticó abiertamente la presencia de Esteban en horario de máxima audiencia, indicando su preferencia por las características originales del programa que, según ella, ofrecen contenido más valioso a la sociedad. La respuesta de López a Villacastín en Twitter fue clara y rotunda, defendiendo la diversidad y la elección de invitar a Esteban al programa: «Claro, Rosa. Yo hablo por mí, pero el abrazo de anoche fue de 2.387.000 espectadores y 17.4%. Que no te guste Belén es muy lícito. A mí hay invitados de La revuelta que no me gustan pero la diversidad es un valor importante. Hacemos tele para todos».
El magacín de TEN también se hizo eco de este intercambio, dando voz a Esteban quien insinuó que la actitud de Villacastín podría originarse de un incidente pasado donde Esteban rechazó una entrevista con la periodista. A pesar de las críticas, Esteban se mostró humilde ante el éxito de audiencia obtenido, atribuyéndolo al interés del público por ver las reacciones de Lalachus y Broncano tras la controversia de las campanadas, y agradeciendo tanto a sus compañeros de Mediaset como a José Pablo López por su apoyo.
Este evento no solo ha marcado una noche histórica en la televisión pública por su audaz apuesta, sino que también ha iniciado un debate sobre la diversidad de contenidos y personajes en la programación de prime time, demostrando que la televisión sigue siendo un espejo de la complejidad y variedad de la sociedad.