En un emocionante episodio de «Y ahora Sonsoles,» la sobrina nieta de Juan Monros, uno de los diez españoles a bordo del Titanic y entre los tres que perecieron, compartió relatos inéditos y documentos familiares sobre su tío abuelo. A través de las anécdotas de María José, el televidente pudo acercarse a la vida y los momentos finales de Juan, quien a sus 19 años, se embarcó en el Titanic como ayudante de camarero sin imaginar el trágico destino que le esperaba.
Juan Monros es recordado no solo por su trágico final sino también por su valentía y determinación. A pesar de su juventud y la falta de experiencia en hostelería, fue capaz de obtener un puesto en el equipo del restaurante a la carta, gracias a su habilidad para hablar cuatro idiomas, a bordo de lo que entonces era considerado el vapor más grande y lujoso del mundo. Este detalle no sólo destaca su ambición sino también la oportunidad de una vida que significó el Titanic para muchos de sus pasajeros y tripulantes, incluidos los españoles que buscaban un futuro mejor.
En medio de revelaciones y emotivos relatos, se hizo mención de una carta enviada por Juan a su madre antes de embarcarse, revelando el entusiasmo y la esperanza hacia su nuevo viaje a Nueva York. Sin embargo, este viaje inaugural del Titanic, marcado por la tragedia, culminó en un desenlace fatal para Juan y otros dos españoles a bordo. A pesar de que Juan logró saltar al mar, no sobrevivió y, aunque su cuerpo fue recuperado, las circunstancias impidieron que su familia pudiese hacer lo mismo. Sus pertenencias personales fueron recuperadas, aunque con el tiempo, estos objetos se perdieron, dejando a la familia solo con el recuerdo de su ser querido.
En un gesto de compasión, la familia recibió el pago por los cinco días trabajados por Juan en el Titanic y, posteriormente, una indemnización gracias a la mediación del cónsul español en Londres. Estos actos, aunque pequeños frente a la pérdida de un ser querido, marcan un reconocimiento hacia el sacrificio y la tragedia vivida por la familia Monros y, por extensión, por todas las familias afectadas por la catástrofe del Titanic.
Paralelamente, en otro segmento relacionado con la fatídica embarcación, se reveló que el último mensaje recibido del sumergible Titán fue «Todo bien por aquí», antes de que este implosionara en su ruta hacia el lugar de descanso final del Titanic. Este suceso se suma a la larga serie de tragedias relacionadas con el emblemático transatlántico, cuyo hundimiento continúa fascinando y lamentando al mundo más de un siglo después.
La tragedia del Titanic, con sus historias personales como la de Juan Monros, sigue evocando profundas emociones y planteando preguntas sobre la aventura humana, los límites de la tecnología y el destino. A través de programas como «Y ahora Sonsoles» y las contribuciones de los familiares de aquellas personas que vivieron este pedazo de historia, se garantiza que las voces de quienes estuvieron a bordo del Titanic nunca sean olvidadas.