En la Audiencia Provincial se ha cerrado el juicio al exlibrero acusado de matar a un intruso en su casa de campo situada en La Atalaya, Ciudad Real, durante el verano de 2021. Tras las deliberaciones, el hombre espera el fallo de un jurado popular que determinará su culpabilidad o inocencia. En lo que ha sido la última jornada del proceso, el acusado mantuvo firme su defensa, alegando que su intención nunca fue asesinar.
El exlibrero declaró: «No tiré a matar, tiré a avisar. Lo que quería era que ese bulto, si es que tenía dentro una persona, esa persona escapase por las portadas que estaban abiertas». Durante la audiencia, reiteró vehementemente su inocencia, expresando que de haber cometido tal acto, viviría con el arrepentimiento el resto de su vida.
«Estoy totalmente convencido, lo he dicho desde el principio, yo a ese señor no lo maté», afirmó con convicción. Además, remarcó su derecho a defender la propiedad que, según sus palabras, ha sido objeto de robos frecuentes desde 1985 hasta el año 2000, sucesos que le generaron una profunda inquietud y problemas constantes.
El hombre narró el calvario de vivir bajo la amenaza constante y cómo estos hechos lo han afectado durante años. «Son años soportando la constancia de la maldad. Son años viendo que están deseando que tires la toalla y te vayas para apoderarse de lo que es legítimamente tuyo. Son años que destruyen a cualquiera», sentenció.
Enfrentándose a una posible condena de 25 años de prisión, su defensa ha solicitado su plena absolución. El veredicto, que llegará a manos del acusado y al conocimiento público este viernes, será el final de un caso que ha levantado diversas opiniones sobre la legítima defensa y los límites de la misma en situaciones de invasión domiciliaria.