La aclamada serie de Netflix, «El problema de los tres cuerpos», ha generado opiniones divididas entre los espectadores debido a la profundidad de conocimiento científico necesario para comprender su compleja trama. Adaptada por David Benioff, D.B. Weiss, y Alexander Woo, la serie se basa en el dilema astrofísico real de predecir el movimiento de un sistema estelar compuesto por tres soles, un tema que ha intrigado a científicos y astrónomos durante siglos. La narrativa sigue la lucha de los Trisolares, seres de un planeta afectado por la gravitación errática de sus tres soles, simbolizando la lucha por la supervivencia en un cosmos ajeno a los destinos individuales.
La complejidad de la serie radica no sólo en el desafío que plantea el problema de los tres cuerpos, sino también en su capacidad para adentrarse en las preguntas fundamentales sobre nuestra existencia y nuestro lugar en el universo. A través de los ojos de los Cinco de Oxford, un grupo de científicos determinados a enfrentar las amenazas existenciales, la serie explorar las posibilidades de la vida en condiciones astronómicas extremas. La referencia a mundos como Tatooine de Star Wars, resalta la fascinación humana por los sistemas estelares múltiples, llevando esta fascinación a un nuevo nivel de complejidad.
«El problema de los tres cuerpos» se presenta como una ventana hacia las infinitas posibilidades del universo, cada episodio nos lleva más allá de la ciencia ficción, hacia una reflexión sobre las maravillas que aguardan en el cosmos. Esta mezcla de ciencia y ficción se convierte en un faro de lo que es posible cuando enfrentamos los misterios del universo con curiosidad e ingenio. La serie no solo expande nuestra comprensión del universo, sino que también nos inspira a contemplar nuestro lugar dentro de este vasto y maravilloso cosmos. Sin embargo, la complejidad de sus premisas científicas ha recibido críticas por parte de aquellos espectadores que encuentran dificultades para seguir la intrincada trama.