En el Reino Unido, un debate sobre el significado de la bandera inglesa se intensifica con la aparición de la Cruz de San Jorge en espacios públicos, iniciativa liderada por un grupo llamado Guerreros de Weoley. Su “Operación Levantar la Bandera” busca promover el orgullo nacional y resaltar logros históricos, aunque los críticos apuntan que, en un contexto marcado por el resurgimiento de la extrema derecha y las protestas antiinmigración, esta campaña puede interpretarse como un símbolo de exclusión. Con más de 2,000 seguidores y una recaudación significativa a través de crowdfunding, los guerreros cosechan tanto apoyo como divisiones dentro de la sociedad británica.
La controversia se agudiza ante la influencia de figuras como Elon Musk, que ha manifestado su apoyo a esos movimientos, y de políticos como JD Vance, quien incita a oponerse a la crítica de la bandera. En un contexto donde el 42% de los británicos considera que el uso de la bandera representa un rechazo hacia los inmigrantes, la percepción pública está dividida: muchos ven la bandera como un símbolo de orgullo nacional, mientras que otros la asocian con el extremismo y la polarización.
Los ayuntamientos también se ven atrapados en este dilema. Con algunas autoridades retirando banderas por razones de seguridad, y otras apoyando su exhibición como una expresión legítima de orgullo, el conflicto refleja tensiones más amplias en torno a la identidad británica. La historia revela que la Cruz de San Jorge ha sido utilizada como símbolo nacional de manera más prominente en años recientes, lo que ha llevado a voces diversas a reclamar una reinterpretación más inclusiva de su significado, alejándola del uso por grupos extremistas.
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