El presidente de Estados Unidos ha emitido una nueva orden ejecutiva que establece un enfoque renovado hacia la defensa nacional frente a las crecientes amenazas aéreas, destacando la implementación de un escudo de misiles de próxima generación. En un contexto donde los ataques mediante misiles balísticos, hipersónicos y de crucero se perciben como una de las amenazas más graves para la seguridad nacional, esta directiva busca fortalecer las capacidades defensivas del país.
En el documento, se subraya que la defensa de los ciudadanos y la infraestructura crítica de la nación es fundamental. Se establece, por lo tanto, que el país no solo debe responder a las amenazas existentes de naciones consideradas como adversarios, sino que también se debe anticipar a la evolución de las tecnologías de ataque desarrolladas por estos y otros actores.
Para llevar a cabo esta ambiciosa estrategia, el Secretario de Defensa tiene un plazo de 60 días para presentar un plan de implementación, que incluirá un análisis detallado de la arquitectura requerida, las capacidades necesarias y un esquema de financiación. Entre las prioridades se encuentran la aceleración del despliegue de sensores espaciales avanzados y la creación de interceptores en múltiples fases, que ofrezcan una defensa robusta contra estos nuevos tipos de amenazas.
Asimismo, la orden enfatiza la importancia de la cooperación internacional en materia de defensa. La revisión de las capacidades de defensa de misiles en colaboración con aliados y socios será crucial para establecer una postura efectiva en el ámbito global. Este enfoque no solo busca proteger a Estados Unidos, sino también a las tropas y poblaciones aliadas en el extranjero.
A pesar de la contundencia de la directiva, el documento aclara que la implementación de estas medidas será sujeta a la legislación existente y a la disponibilidad de fondos. La iniciativa, que se ha descrito como un esfuerzo por «garantizar la capacidad de respuesta en segundos», refleja la continua evolución de la guerra moderna y el papel central que juega la tecnología en la defensa.
Dicha orden es un reconocimiento de la necesidad de modernizar y fortalecer las capacidades defensivas de Estados Unidos en una era donde las amenazas no solo son más complejas, sino que también son más frecuentes. A medida que el escenario geopolítico se torna cada vez más competitivo, la implementación exitosa de esta estrategia podría redefinir la forma en que la nación se protege a sí misma y sus intereses en el mundo.
Fuente: WhiteHouse.gov