El cuerpo técnico que acompañó a Jorge Vilda, seleccionador nacional femenino de fútbol, en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, así como Sonia Bermúdez, seleccionadora nacional Sub-19, han decidido poner sus cargos a disposición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) debido a lo ocurrido en la Asamblea General Extraordinaria del organismo y a la conducta mostrada por Luis Rubiales en relación a su beso a Jenni Hermoso.
En un comunicado emitido el pasado sábado, los miembros del cuerpo técnico, entre ellos Montse Tomé, Javier Lerga, Eugenio ‘Kenio’ Gonzalo, Blanca Romero, Carlos Sánchez y Rubén Jiménez, quienes acompañaron a Vilda en la Copa del Mundo, así como Sonia Bermúdez, campeona de Europa con la Sub-19, expresaron su rotunda condena ante la conducta de Rubiales y decidieron presentar su renuncia.
Esto no ha sido un caso aislado, ya que otros miembros del organigrama federativo del fútbol femenino también han tomado esta acción, como Javier Velázquez, Ander Ruiz y Elena Fernández.
En el comunicado, expresan su condena ante la conducta de Rubiales y señalan que durante la Asamblea General Extraordinaria, el presidente no presentó su dimisión y ofreció un relato que no concuerda con lo experimentado por la jugadora Jennifer Hermoso, quien afirmó sentirse «víctima de una agresión». Los técnicos apoyan a Hermoso y su versión de los hechos.
Además, mencionan que durante la Asamblea, Montse Tomé y Sonia Bermúdez fueron captadas en imágenes aplaudiendo, lo cual generó polémica. Junto a esto, recalcan que a algunas integrantes del cuerpo técnico femenino se les obligó a sentarse en primera fila, lo cual consideran hiriente, ya que da la impresión de que están respaldando las posturas de Rubiales.
Ante estas situaciones, los firmantes han decidido presentar su renuncia y expresan su apoyo al comunicado emitido por las campeonas del mundo y varias jugadoras internacionales.
Finalmente, dan a conocer que aceptan su parte de responsabilidad en la reestructuración y profesionalización de la selección femenina y afirman haber trabajado siempre con motivación y profesionalidad.
Esta renuncia del cuerpo técnico supone un golpe para la RFEF y pone de manifiesto la discrepancia y malestar existente ante la gestión de Rubiales en relación al fútbol femenino. Ahora, la federación deberá tomar decisiones para llenar estos vacíos y buscar soluciones a esta situación.