El cooperativismo agroalimentario ha mostrado una notable resiliencia económica durante el año 2023, a pesar de enfrentarse a retos significativos como la inestabilidad meteorológica y el aumento de la inflación, que ha generado un incremento en los precios de los insumos. Esta información se revela en el Informe Ejecutivo 2024 de Cooperativas Agro-alimentarias, publicado recientemente.
El análisis refleja que la sequía fue un factor determinante, provocando una disminución en la cosecha de cultivos herbáceos y daños en producciones clave como las frutas, frutos secos, uva y aceituna. Además, la ganadería también se vio afectada, lo que resultó en indemnizaciones récord para los productores de ganado vacuno. La producción de cultivos herbáceos, incluidos cereales y leguminosas, experimentó un impacto significativo debido a estas condiciones adversas. Aunque las plantaciones de almendros y pistachos continuaron, lo hicieron en menor medida en comparación con campañas anteriores, reduciendo la superficie destinada a estos cultivos.
A pesar de estos desafíos climáticos, el sector agroalimentario ha mantenido su fortaleza, aportando 2.672 millones de euros al Producto Interior Bruto (PIB) de la región, lo que representa un 40,2% de la producción agraria de Castilla-La Mancha.
El modelo cooperativo agroalimentario en la región abarca un total de 532 cooperativas de primer grado y Sociedades Agrarias de Transformación (SAT), junto a 22 cooperativas de segundo grado. Este colectivo es altamente atomizado, y se estima que las cooperativas agroalimentarias representan el 54% de todas las entidades de Economía Social en Castilla-La Mancha, constituyendo el 26,2% de la industria agroalimentaria regional.
En términos de empleo, las cooperativas generan 6.514 puestos de trabajo en cooperativas de primer grado y SAT, además de 245 en cooperativas de segundo grado, lo que equivale al 11% del empleo total del sector primario de la región. En total, 158.599 personas forman parte de estas cooperativas, con un 28,4% de mujeres, lo que señala una brecha de género que se busca cerrar.
El valor medio de la comercialización en el sector se sitúa en 4,2 millones de euros, en comparación con los 10,6 millones a nivel nacional. Las cooperativas que figuran en el TOP-50 de Castilla-La Mancha han experimentado un incremento del 13,2% en su comercialización durante los últimos tres años. Además, se observa que el 18,2% de las cooperativas de primer grado concentra el 73,4% del valor generado.
Por sectores productivos, el vitivinícola se destaca como el más prevalente, representando el 33,9% del valor, seguido de la alimentación animal (12,8%), el aceite de oliva (12%), y las frutas y hortalizas (11,7%). En cuanto a las secciones auxiliares, los suministros representan el 15,4% de la facturación, mientras que los servicios, aunque en crecimiento, solo constituyen el 0,9%.
El informe de Cooperativas Agro-alimentarias pone de manifiesto la capacidad del sector para adaptarse y prosperar ante circunstancias adversas, consolidando su papel crucial en la economía de Castilla-La Mancha.