El Ayuntamiento de Ciudad Real ha puesto en marcha un ambicioso proyecto para transformar el antiguo convento de la Inmaculada Concepción, conocido popularmente como el convento de Las Terreras, en un centro multifuncional dedicado a la gastronomía, el vino y la cultura. Esta iniciativa tiene como finalidad convertir el convento en un referente cultural y turístico, no solo para la capital de la provincia, sino para toda la región.
El actual equipo de Gobierno, encabezado por el alcalde Francisco Cañizares, se encontró al asumir el cargo con la reciente adquisición del convento, que fue comprado por la anterior alcaldesa, Eva María Masías, a la Orden de la Inmaculada Concepción por un importe de 2,3 millones de euros. Este histórico edificio, que ha permanecido deshabitado desde 2008, presenta una rica historia, datando del siglo XVI, y se presume que fue erigido sobre otra edificación anterior de origen judío. El convento ocupa 6.000 metros cuadrados de terreno, con 3.000 metros cuadrados construidos, distribuidos en dos plantas principales y un torreón.
Sin embargo, la rehabilitación del convento enfrenta importantes retos, incluyendo daños en las cubiertas y humedades que afectan la estabilidad de sus muros y forjados de madera. Las primeras actuaciones se están centrando en frenar el deterioro, con reparaciones urgentemente necesarias en las cubiertas y mejoras en los patios para evitar la acumulación de agua. Después de invertir más de 700.000 euros en las labores de limpieza, que han devuelto al convento un aspecto aceptable, el Ayuntamiento destinará otros 1,5 millones de euros para continuar con el trabajo de mantenimiento de este emblemático edificio, que se encuentra declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
Según ha indicado el alcalde, es un proyecto a largo plazo que podría marcar varias legislaturas, pero resulta esencial para el futuro de Ciudad Real. La intención es que la restauración no se limite a un simple embellecimiento, sino que respete y conserve la integridad histórica del convento. Esta meticulosidad en el proceso implica que establecer plazos concretos para la finalización de las obras es complicado, no obstante, se abre la posibilidad de que el edificio esté disponible al público lo antes posible.
Las obras iniciales no solo buscan reparar las cubiertas y evitar filtraciones, sino que también contemplan la intervención en la iglesia, el coro y la creación de un nuevo acceso al edificio desde la plaza de la Inmaculada Concepción. Además, se prevé diseñar áreas para atender actividades diversas, incluyendo una zona de baños y un espacio destinado a la preparación de catering.
La visión del alcalde es la de crear un centro que no solo conserve la historia del lugar, sino que también actúe como un motor de desarrollo cultural y económico. El convento de Las Terreras albergará espacios para exhibiciones gastronómicas y de viticultura, junto a una oferta cultural que incluirá exposiciones de arte, música, teatro y conferencias. Con estas acciones, el Ayuntamiento de Ciudad Real espera potenciar la gastronomía manchega y el vino de la región, logrando así que la capital se posicione como un importante referente en la promoción de la cultura, la gastronomía y el vino.