En un intento por poner fin a un prolongado conflicto en la región, el Gabinete de Seguridad de Israel se prepara para una reunión crucial mañana en Tel Aviv, la cual podría marcar el inicio de una nueva era de tranquilidad en las tensiones con la milicia chií Hezbolá en el Líbano. La propuesta en discusión, presentada por Estados Unidos, buscaría establecer un alto el fuego entre las partes involucradas.
Dicho acuerdo, aún pendiente de aprobación, contempla un período de 60 días en el que se vería la retirada del Ejército israelí del sur del Líbano. A su vez, el ejército libanés tomaría posición en la frontera, mientras que Hezbolá se replegaría más allá del río Litani. Fuentes cercanas a las negociaciones indican que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se mostró «en principio» de acuerdo con la proposición del enviado estadounidense, Amos Hochstein, aunque expresó algunas reservas, especialmente en lo que respecta a la “libertad de acción” de Israel para responder en caso de que Hezbolá no respete los términos del alto el fuego.
Las tensiones en la región no son un episodio aislado, sino el resultado de años de enfrentamientos que han cobrado un alto precio en vidas humanas y estabilidad. La propuesta de alto el fuego llega en un momento crítico, ya que más de 3.500 libaneses han perdido la vida y más de 15.000 han resultado heridos en más de un año de combates. Del lado de Israel, los ataques lanzados desde Líbano han causado la muerte de 78 personas, 47 de ellas civiles, mostrando la escalada de violencia que se busca aplacar.
La reacción dentro de Israel ha sido mixta; mientras algunos ven en la propuesta una oportunidad para restaurar la paz, otros la critican severamente. Los alcaldes de las ciudades norteñas de Metula y Kiryat Shmona, entre las más afectadas por el fuego de cohetes y drones de Hezbolá, se han pronunciado en contra de la firma del acuerdo, calificándolo como un “acto de rendición”. Expresan su preocupación por la seguridad futura de sus comunidades y cuestionan a dónde volverán los más de 60,000 desplazados si se firma la tregua.
La propuesta de paz no solamente busca dar fin a las hostilidades, sino también evitar que Hezbolá avance hacia el sur del río Litani y reconstruya su arsenal bélico en todo el Líbano, un punto enfatizado por el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar.
Con la reunión programada para mañana, la comunidad internacional y la población local esperan con gran anticipación el resultado de las discusiones, que podrían llevar a un esperado, aunque frágil, período de paz en una región marcada por décadas de conflicto.