La noche pasada, un ataque con drones en la región rusa de Sarátov dejó al menos dos personas muertas, según han informado las autoridades locales. El gobernador Román Busarguin comunicó a través de su canal de Telegram que el impacto no solo cobró vidas, sino que también causó daños significativos en un bloque residencial, afectando múltiples apartamentos y provocando quebraduras en las ventanas de una guardería y un centro de salud cercanos.
El ataque se produce en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Ucrania, con Sarátov siendo un objetivo recurrente debido a su importancia estratégica. Busarguin aseguraba que las personas desplazadas por el ataque recibirán asistencia temporaria y que se llevarán a cabo reparaciones en los inmuebles dañados a lo largo del día. Este ataque representa un nuevo capítulo en el conflicto, donde las comunidades se ven atrapadas en un ciclo de violencia que afecta tanto a civiles como a infraestructuras esenciales.
Además de la pérdida de vidas, este incidente subraya la vulnerabilidad de las regiones rusas frente a los recientes avances en tecnología militar, que han llevado a la guerra a nuevos escenarios. Sarátov, de donde es oriundo el presidente de la Duma estatal, ha sufrido varios ataques en meses recientes, lo que pone de manifiesto la fragilidad de la seguridad en el interior del país mientras persiste la guerra en la frontera.
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