El Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha recuperado recientemente el programa de Trasplante Renal con la realización hace unos días, de un trasplante de riñón.
Se trata del décimo trasplante llevado a cabo en Albacete durante 2020 y el primero desde la declaración de pandemia por Covid-19, el pasado mes de marzo. Debido a la emergencia sanitaria, la actividad trasplantadora en los hospitales se tuvo que frenar, por el enorme riesgo que implicaba para el paciente, por su estado inmunodeprimido, una cirugía de esas características, en un momento, además, de gran presión asistencial.
La situación actual en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, sumado a la evolución de la incidencia del virus, ha permitido reanudar esta actividad, siguiendo las recomendaciones de la Organización Nacional de Trasplantes para la gestión de los programas de donación y trasplante en relación con la pandemia de Covid-19, para asegurar la viabilidad de todo el procedimiento. El trasplante se llevó a cabo sin incidencias y evoluciona favorablemente.
Durante este tiempo, además, se han registrado tres donaciones de órganos, en plena pandemia, siendo en total siete multiorgánicas las registradas en 2020 y una de tejidos. En todo este proceso, sigue siendo fundamental la generosidad y solidaridad de los donantes y sus familias, que en estos duros momentos, deciden dar vida a los demás.
Asimismo, la Coordinación de Trasplantes de Albacete ha contabilizado durante 2020 doce trasplantes de córneas, cuatro de ellas durante la pandemia por Covid-19.
570 trasplantes renales
Hoy, precisamente, se cumplen 17 años del inicio del primer programa de Trasplante Renal en Castilla-La Mancha. El 24 de junio de 2003 se realizaron los dos primeros trasplantes renales en el Hospital General Universitario de Albacete, con un excelente resultado. En estos años, son 570 los trasplantes realizados.
Dos hitos han marcado la evolución de la donación y trasplantes en Albacete en este tiempo. Por una parte, el inicio, en 2013, de la donación en asistolia (a corazón parado), que ha permitido aumentar el número de donantes y con ello, obtener más órganos para trasplantar. Y, por otra parte, el inicio del programa de trasplante renal de donante vivo, en 2017.