El COEGI presenta una serie de consejos para ciudadanos en caso de paradas cardíacas en tiempos de COVID-19

El viernes, 16 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Parada Cardíaca y, con motivo de esta fecha, desde el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa (COEGI) transmitieron a la ciudadanía las pautas básicas de actuación ante una parada cardíaca. El objetivo es generar conciencia en la sociedad acerca de las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica, así como informar sobre cambios en las recomendaciones internacionales en tiempos de COVID-19. Las modificaciones hacen referencia, principalmente, a la seguridad de la escena, así como a la valoración de la respiración y actuación en las ventilaciones de rescate.

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En este sentido, David Martín, enfermero de Emergencias, recordó cuáles son las aputas que tiene que seguir un ciudadano/a ante una parada cardíaca, pautas que ha recogido junto a sus compañeras/os de Zarautz.

1. Valorar si la escena se puede asegurar o es segura, poniéndose y poniéndole el equipo de protección individual adecuado. Si la escena es segura, entrar a valorar a la persona poniéndote y poniéndole una mascarilla quirúrgica, cubriendo adecuadamente la nariz y boca. En la medida de lo posible, intentar actuar los mínimos e imprescindibles reanimadores.
2. Comprobar si no responde y no respira con normalidad: Para verificar si está inconsciente se agita el pecho de la víctima, manteniendo la distancia de seguridad buscando si responde o no. Si no responde, está inconsciente y será conveniente verificar durante 10 segundos si realmente respira de forma normal o no, colocando una mano sobre el vientre o el pecho y sin abrir la vía aérea. Suponiendo que no respira normalmente, inmediatamente habría que llamar al 112, utilizando manos libres, indicando dónde estamos, quiénes somos y qué ha ocurrido, sin abandonar el lugar.
3. Verificar si presenta alguna hemorragia: Si se observara algún sangrado externo activo se deberá cohibirlo, por ejemplo, con una venda o prenda de ropa, apretando la zona (si es una extremidad) hasta que ceda el sangrado.

Una vez realizada la valoración rápida, siguió David Martín, “inmediatamente deberíamos iniciar las maniobras de RCP en el centro del pecho de manera ininterrumpida, a unas 100-120 compresiones al minuto, comprimiendo con una profundidad de unos 5-6 cm (suponiendo que la víctima sea un adulto) y relevándonos con otro reanimador cada dos minutos (o antes si nos cansamos). No habría que realizar insuflaciones (ventilaciones). Si disponemos de un desfibrilador semiautomático (DESA) cercano, con ayuda de alguna APP (como “PCEH” de Osakidetza) o por mediación del centro coordinador deberíamos utilizarlo”.

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Tal y como remarcó, la mayor parte de las paradas cardíacas ocurren en los domicilios donde, a pesar de que le testigo llame al 1-1-2, “pocos son los que realizan las maniobras de RCP antes de que llegue la ambulancia”. De ahí la importancia de concienciar a la ciudadanía y de formarles en la realización de estas maniobras.

En cuanto a los principales cambios que se han producido en el contexto del COVID-19, el enfermero guipuzcoano destaca los siguientes:
– Antes de actuar, valorándole:
o Protegerse y protegerle con una mascarilla quirúrgica o paño.
o Valorar la respiración normal viendo que se eleva el pecho con la mano sobre su pecho o vientre en lugar de realizar la maniobra de frente-mentón.
– Durante la actuación de la RCP:
o Intentar actuar los mínimos e imprescindibles reanimadores.
o En personas adultas, únicamente realizar compresiones torácicas continuas, además de desfibrilar, sin realizar ventilaciones (insuflaciones).
o En niño/as, las pautas actuales recomiendan quien esté dispuesto, entrenado y capacitado en las respiraciones de rescate, alentarlas a realizarlas mediante los protocolos vigentes, sabiendo que esta actuación aumenta la probabilidad del riesgo de infección pero también de la supervivencia sobre el mismo.
– Después de la actuación:
o Lavarse las manos adecuadamente según las recomendaciones vigentes.
o Inmediatamente lavar la ropa con la que se ha actuado.
o Contactar con las autoridades sanitarias pertinentes (centro de salud de referencia…) para el seguimiento estrecho y pruebas oportunas, si nos hemos visto involucrados activamente en la RCP.

La importancia de actuar con rapidez

David Martín recuerda que una persona en PCR que no recibe maniobras RCP pierde aproximadamente un 10 % de supervivencia en cada minuto. Por el contrario, si el paciente las recibe pierde aproximadamente un 4 % en el mismo tiempo.
“Por lo que si seguimos estos sencillos pasos, si empoderamos a la población general en estos 3 primeros eslabones de la cadena de supervivencia (llamar al 1-1-2, compresiones ininterrumpidas y utilizar un DESA), contra más rápido y bien se actúe, no solamente se salvarían muchas vidas más, sino que además con nuestras compresiones torácicas inmediatas tras el colapso haremos llegar sangre al cerebro y ayudaremos a salvar ese cerebro. Luego nos cogerá el relevo el equipo de emergencias que mejorará esa reanimación”, concluye.//

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