La reciente salida de Rafa Castaño del programa «Agárrate al sillón» ha sorprendido a muchos de sus seguidores. El ex-concursante de «Pasapalabra» decidió abandonar tras perder ante Héctor en la prueba final, una decisión que ha generado diversas reacciones en las redes sociales. Pero fue su gesto de ofrecer una parte de su premio al nuevo campeón lo que captó la atención y suscitó numerosas preguntas.
Castaño ha explicado que su salida no fue una cuestión de cansancio, como algunos podrían pensar, sino más bien una necesidad personal. «La razón es muy sencilla, estaba yendo a grabar aprovechando días libres de trabajo y me estaba quedando sin ellos. Sabía que en algún momento tenía que acabar», señala. Con pragmatismo, decidió que si perdía nuevamente, lo haría con una oferta más moderada: 5.000 euros, comparado con los 25.000 de sus primeras dos derrotas.
Hoy en día, sus prioridades han cambiado. Castaño ha encontrado un nuevo equilibrio en su vida laboral y personal. A diferencia de sus tiempos en «Pasapalabra», donde podía dedicar su tiempo a preparación y estudio, actualmente su empleo le impone restricciones que no le permiten prolongar su incursión en los concursos de televisión.
El sevillano se sintió positivo al regresar a la televisión en un programa que se graba en los mismos estudios de «Pasapalabra». La familiaridad fue un bálsamo, reviviendo memorias y encuentros con el equipo técnico de hace años. «Es curioso, porque ves a gente con la que no habías estado en contacto durante mucho tiempo», comparte emocionado.
Aunque su última experiencia en «Agárrate al sillón» fue corta, ha ido formando su propio «currículum» en el mundo de los repeticiones. A pesar de no alcanzar la popularidad de otros concursos, Castaño destaca la dificultad y el ingenio requeridos para permanecer en programación. «Tienes que estar muy atento todo el rato», comenta sobre las estrategias que se deben emplear durante las pruebas.
El contraste de su trayectoria en televisión es evidente. Mientras que «Pasapalabra» arrasa con altos índices de audiencia, «Agárrate al sillón» se encuentra en una lucha por captar la atención del espectador. «Es complicado tener buenos datos hoy en día», reflexiona Castaño. «El 8% de share de ahora no es lo mismo que hace unos años», añadiendo que la forma de ver televisión ha cambiado drásticamente.
Castaño también se siente libre de la presión que conlleva ser el concursante con el premio más alto en la historia de «Pasapalabra». «¿Perderé el título del concursante con mayor premio? Tarde o temprano, sí, pero no lo temo», asegura. Su enfoque es más sobre disfrutar del camino que sobre los montos de dinero involucrados.
Con una mirada optimista, Rafa valora que la tv no debe dictar su vida. Ahora se dedica a la inteligencia artificial, un sector en el que se siente realizado. A medida que avanza su carrera, no descarta participar en otros concursos, aunque ahora busca un equilibrio que le permita compaginar el trabajo y su pasión.
Finalmente, expresa su deseo sobre regresar a «Saber y ganar», un programa que guarda en gran estima. No obstante, no tiene interés por «Cifras y letras», un formato que considera demasiado complicado y estresante. Con esto, Castaño cierra un capítulo, pero deja claro que siempre estará abierto a nuevos retos que se alineen con su estilo de vida actual.