El Centro Alfarero La Estación de Argamasilla de Calatrava, vivió una maravillosa y cálida tarde otoñal de versos

Con el fondo de los trenes cruzando veloces a cada instante, con el susurrante murmullo de las hojas del árbol de la estación, acariciadas por una ligera brisa cargada de añoranzas y de recuerdos de viajes pasados, llenos de adioses y bienvenidas, de llantos y risas, de encuentros y desencuentros y siempre de besos y abrazos. Ayer, primer día de octubre, en una sueve tarde soleada de otoño, el barro se hizo palabra en el Centro Alfarero, situado en la antigua estación de RENFE de Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real).

Los anfitriones, Graci y Ángel, abrieron las puertas de su emblemática alfarería para acoger poetas llegados de toda la provincia, coordinados por el poeta solanero Luis Díaz-Cacho, volcaron los versos del libro “Palabras de barro”, del XIII Encuentro Oretania de Poetas, celebrado en esta pasada primavera en Alcázar de San Juan; Antonia Piqueras Jiménez, Charo Bernal Celestino, Elisabeth Porrero Vozmediano, Eusebio Loro, Javier Márquez, Jesús Lara Serrano, Juan José Guardia Polaino, Luis Díaz-Cacho Campillo, Natividad Cepeda Serrano, Nieves Fernández, Presentación Pérez González, Ramón Aguirre, Santiago Romero de Ávila García-Abadillo. Teresa Sánchez Laguna, la poeta local invitada Eduarda Rodríguez García (Lugüi), el poeta, escritor e historiador José González Ortiz y el cantautor Alfredo Jesús Sánchez Rodríguez, quien además de recital sus versos, derramó acordes y canciones, abriendo el acto con “Vasija de barro”, canción tradicional ecuatoriana, conocida como «el himno no oficial de Ecuador».

El oficio del barro es el primero de lo que conocemos como artesanía, que nos ha acompañado en nuestra evolución a través de los años y con ella la creatividad que siempre ha estado y está presente. El libro «Palabras de barro», lo configuran treinta y un poetas, que han escrito sobre los orígenes, el barro, la arcilla, la cerámica, la artesanía y la creatividad, en una edición que rinde homenaje a todos los artesanos en la figura de Graci Arias y Ángel Leal (Alfar Arias), que desde 2009 colaboran de manera desinteresada con los encuentros Oretania de poetas.

Además, poetas e invitados, conocieron de primera mano las diferentes dependencias de “La Estación”, visitaron el horno, incluso algunos se atrevieron con el torno y en la sala de exposiciones disfrutaron con “Ditirambos fotográficos”, del fotógrafo artístico Ventura Huertas (Vhserrano), quien también es el autor de las fotografías que acompañan esta publicación. La exposición “Ditirambos fotográficos”, está compuesta por un total de 25 instantáneas, con las que Vhserrano ha tratado de trazar “la trayectoria vital del vino, del sarmiento a la mesa”.

Centro Alfarero La Estación y los poetas del barro

Era el año 1984, cuando Graci Arias decide montar un taller de alfarería en Puertollano. Años después, tras el éxito de sus trabajos y a fin de poder impartir clases de cerámica, se traslada al municipio de Argamasilla de Calatrava, donde tras remodelar la antigua estación de ferrocarril, pone en marcha el Centro Alfarero La Estación-Alfar Arias.

Un espacio donde se ubican diferentes salas de trabajo: alfarería, aulas de formación y sala de exposiciones. En el muelle de carga de la estación, Graci ha montado su centro de trabajo: la alfarería, y es donde realiza sus piezas usando todas las técnicas de la alfarería y la cerámica. Además, en las instalaciones del centro se llevan a cabo cursos de cerámica y talleres para niños.

El centro se completa con una amplia sala donde se exponen los trabajos que realizan en el taller y en las aulas.

A lo largo de los ‘Encuentros Oretania de Poetas’, celebrados anualmente desde el año 2009, los alfareros del Alfar Arias y el Centro Alfarero La Estación, María de Gracia Arias, Ángel Leal y María Gracia Leal Arias, han acuñado el calificativo de “poetas del barro”.

Alfar Arias de Puertollano y el Centro Alfarero La Estación de Argamasilla de Calatrava, entrar en ellos es un regalo, una vuelta a las tradiciones, es reactivar la sabiduría que se comenzó a perder allá por el año 1925.

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