En una jornada electoral que atrajo la atención de toda Europa, Rafał Trzaskowski, candidato liberal y actual alcalde de Varsovia, se impuso por un ajustado margen en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Polonia. Este evento formó parte de una serie de importantes elecciones en el continente, que también incluyeron la inclinación de Portugal hacia la derecha, con un destacado desempeño de los ultras de Chega!, y la victoria en Rumanía de Nicusor Dan, un candidato con inclinaciones europeístas, frente a un adversario ultranacionalista.
Superando a Karol Nawrocki, figura de la derecha tradicionalista, Trzaskowski se prepara para una confrontación en segunda vuelta prevista para el próximo 1 de junio. Ambos candidatos han movilizado a sus seguidores en uno de los escrutinios más reñidos en la historia reciente del país. Con un 30,8% de los votos a favor de Trzaskowski y un 29,1% para Nawrocki, según estimaciones de un sondeo a pie de urna, la Comisión Electoral Nacional ha previsto anunciar los resultados oficiales el lunes por la tarde, en medio de un conteo que progresa a un ritmo extremadamente lento en los más de 32.000 colegios electorales del país.
El margen de victoria obtenido por Trzaskowski fue sorpresivamente estrecho, desafiando las expectativas previas y proporcionando un impulso considerable a Nawrocki para la segunda vuelta. «Les dije que sería muy ajustado, y lo es», declaró Trzaskowski a sus seguidores, resaltando la necesidad de determinación para asegurar la victoria final.
Nawrocki, por su parte, no dudó en agradecer a sus votantes por resistir «ante el poder de las instituciones del Estado» que, a su juicio, están controladas por sectores alineados con Donald Tusk. Esta elección no solo es crucial para la dirección política de Polonia sino que también es fundamental para el futuro del Primer Ministro Donald Tusk, a quien una victoria de Trzaskowski podría beneficiar enormemente, permitiéndole avanzar en su agenda de reformas sin el obstáculo del actual presidente, Andrzej Duda, conocido por su uso extensivo del veto presidencial.
El marco electoral se ha tensionado aún más con la visita de Nawrocki a la Casa Blanca, donde aparentemente recibió el beneplácito de Donald Trump. Sin embargo, su campaña enfrentó contratiempos debido a un escándalo relacionado con la adquisición de un apartamento bajo promesas no cumplidas, lo cual le restó credibilidad.
Los resultados de la primera vuelta anticipan una segunda vuelta increíblemente cerrada, reflejando la polarización política existente en Polonia. Un sondeo reciente indica una ventaja leve para Trzaskowski con el 46% de las preferencias contra el 44% para Nawrocki, sugiriendo que el futuro político de Polonia sigue balanceándose en una cuerda floja. La lucha por la presidencia se presenta, así, no solo como un testamento de la división interna del país sino como un momento crucial que podría redirigir el curso de su política interna y su posición en el contexto europeo.