Un artículo reciente publicado en la revista ‘Insects’ por el Instituto de Investigación CIBIO (Centro Iberoamericano de la Biodiversidad) de la Universidad de Alicante (UA) presenta una visión preocupante sobre la situación actual de las comunidades de insectos en los bosques mediterráneos. El estudio destaca una «alarmante pérdida» en la diversidad de especies e interacciones como resultado del cambio global.
El análisis se centró en los patrones de diversidad y de interacciones de las comunidades de escarabajos saproxílicos que se encuentran en las oquedades arbóreas del Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real y Toledo) y cómo estos han evolucionado durante los últimos once años. Los resultados indican que estas comunidades son actualmente «más vulnerables» que hace una década, y que las comunidades de bosques riparios (bosques asociados a una ribera) son particularmente susceptibles. La directora de este trabajo, Estefanía Micó, explicó que la situación «podría incluso empeorar en potenciales escenarios futuros, en caso de que disminuya la idoneidad de los hábitats o microhábitats».
El cambio climático, así como la deposición de contaminantes, se consideran dos factores antropogénicos que influyen en este declive. La temperatura media anual en el área de estudio ha aumentado 1,5ºC entre 2007 y 2021. El equipo de trabajo también evaluó potenciales escenarios de extinción, basados en una pérdida en la idoneidad de las oquedades.
Los insectos saproxílicos tienen un papel fundamental en la degradación de la madera muerta y la reincorporación de nutrientes al suelo, así como en la polinización y en la regulación de otras especies potencialmente dañinas para los bosques. Los resultados del estudio demuestran que las comunidades de escarabajos saproxílicos están experimentando un «drástico declive» a lo largo del tiempo, lo que muestra una «menor estabilidad o resiliencia frente a las perturbaciones».
El Instituto de la Biodiversidad de la UA utiliza la metodología de redes ecológicas en su investigación sobre los insectos saproxílicos que habitan en las oquedades de especies arbóreas del bosque mediterráneo. Según Micó, estas redes son útiles para mejorar los planes de manejo y de conservación de la biodiversidad forestal, y permiten predecir y anticiparse a cambios futuros. Este trabajo, que se enmarca en el proyecto ‘Respuesta de la comunidad saproxílica a los cambios ambientales en bosques mediterráneos: afrontando la amenaza del declive de los insectos (Saprodeclive)’, del Ministerio de Ciencia e Innovación, reafirma la necesidad de tomar medidas para proteger la biodiversidad en estos ecosistemas vulnerables.