El Calvo Sotelo Puertollano busca convertirse en un bastión invencible en su propio terreno

El fútbol, en su esencia efímera y vibrante, se compara con la vida por su rapidez y la constante renovación que implica cada partido, cada temporada. Así se siente en Puertollano, donde su equipo, el Calvo Sotelo, aguarda el sonido del silbato que marca el inicio de un nuevo encuentro. Con la esperanza puesta en lograr su segunda victoria liguera, el escenario no podría ser más familiar: el Sánchez Menor. Aunque el regreso al Cerrú se mantiene en suspenso, la nostalgia por lo nuevo no eclipsa la riqueza de la historia que han tejido en su antigua casa, historia que sus seguidores reviven y reclaman a través de las redes, esperando no solo respuestas sino también la continuidad de su legado futbolístico.

Esta semana, la alegría se palpita no solo en la búsqueda de victorias sino también en el regreso de figuras clave para el equipo. Carlos López retorna para sumarse a una plantilla ya de por sí robusta, incrementando la ilusión y las expectativas de la afición, que ve en su vuelta la pieza que faltaba para completar el puzzle. Con 900 socios respaldando y la afición perfilándose como el jugador número 12, la comunión entre equipo y grada parece ser el motor que impulsará al Calvo Sotelo a nuevas alturas esta temporada. La meta es clara: luchar por cada título, aprovechando cada oportunidad y demostrando que el trabajo en equipo y la pasión por el fútbol definen su camino.

Entre los desafíos inminentes se encuentra el enfrentamiento contra el Huracán de Balazote, un rival cuyo desempeño previo deja un margen de incógnita. Aunque los registros pasados apuntan a un favoritismo del Calvo Sotelo, la prudencia se mantiene ante un oponente que ya ha demostrado poder igualar fuerzas. La expectativa es alta tanto dentro como fuera del campo, donde la estrategia, el talento individual y el apoyo incondicional de la afición serán claves. Así, el equipo puertollanense se prepara para demostrar que su fortaleza radica no solo en las habilidades futbolísticas, sino en el espíritu de comunidad que lo sustenta.

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