Durante la mayor parte del partido, la competitividad estuvo a flor de piel. Ambos equipos lucharon con determinación, mostrando habilidades técnicas y tácticas destacadas. Sin embargo, fueron los momentos finales los que definieron el resultado. El Caserío demostró una resiliencia y una capacidad de superación notables al darle la vuelta al marcador en los últimos diez minutos. Este cambio dramático en el juego puso de manifiesto la fortaleza emocional y física del equipo, así como la estrategia eficaz implementada por su dirección técnica. La victoria conseguida no solo subrayó su calidad como conjunto sino que también sirvió para despedir su cancha de la mejor manera posible ante su afición.
La despedida del Quijote Arena con tal triunfo marcó un hito significativo para el balonmano Caserío femenino, dejando una huella imborrable en la memoria de los jugadores, el cuerpo técnico y los seguidores. Este evento no solo celebraba un triunfo deportivo sino también el espíritu de superación y el compromiso del equipo, que se sobrepuso a los desafíos presentados por un rival formidable. La comunidad deportiva y los aficionados al balonmano, tanto a nivel local como más amplio, seguramente recordarán este partido como un ejemplo de excelencia deportiva y pasión por el juego.