El Ayuntamiento de Ciudad Real ha anunciado una serie de medidas de rebaja fiscal que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2024. Entre ellas destaca la reducción del tipo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) urbano, que pasará del 0,78 actual al 0,77, con el objetivo de llegar al 0,75 al final del mandato. Además, el IBI rústico retrocederá del 0,78 al 0,73 el próximo año, con la intención de rebajarlo al 0,70 en los ejercicios posteriores.
Para poder seguir disminuyendo el importe final que abonan los ciudadanos, el consistorio solicitará una revisión a la baja de los valores catastrales de los inmuebles de la capital. Esta medida se suma al nuevo sistema de pagos que se pondrá en marcha, el cual permitirá una bonificación del 5% en el importe total del IBI, del impuesto de vehículos y de la tasa por basura a aquellos contribuyentes que agrupen los tres recibos. Además, podrán fraccionar el abono de la forma que mejor les convenga a lo largo de cada ejercicio.
Si bien esta rebaja fiscal implica una merma estimada de 600.000 euros en la recaudación anual del Ayuntamiento, el equipo de gobierno considera que es una medida necesaria para convertir a Ciudad Real en una ciudad atractiva y competitiva. Guillermo Arroyo, concejal de Hacienda, enfatiza que no pueden seguir siendo la cuarta capital con el IBI más caro y que es importante reducir los impuestos.
La rebaja fiscal también alcanza al Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), el cual pasará del tipo máximo del 4% al 3,80% en 2024. Esta reducción tiene como objetivo hacer la ciudad más atractiva para la inversión.
Además de estas medidas, se está trabajando en la actualización de las bonificaciones para las familias numerosas en los impuestos municipales. Se aplicarán nuevos criterios más objetivos, aunque su implementación no podrá llevarse a cabo en 2024 debido a que requieren de una modificación de la ordenanza, por lo que se llevará a cabo en ejercicios posteriores.
En resumen, el Ayuntamiento de Ciudad Real ha anunciado una rebaja fiscal que incluye la reducción del tipo del IBI urbano y rústico, una solicitud de revisión catastral a la baja, un nuevo sistema de pagos con bonificación y fraccionamiento, así como la disminución del ICIO. Estas medidas buscan convertir a la ciudad en un lugar atractivo para la inversión y mejorar la situación económica de los contribuyentes.
