El concejal de Servicios Municipales de Guadalajara, Jaime Sanz, ha comparecido públicamente para dar cuenta de la ejecución del nuevo contrato para el control de plagas, con el que el Ayuntamiento ha logrado reducir en un 50 por ciento la población de palomas en la ciudad, cifrada en unos 45.000 ejemplares, según un informe de Sarama Falcons.
«Esto quiere decir que partíamos de una relación de 1.600 palomas por kilómetro cuadrado, cuando los índices normales aconsejan 300 o 400. Es una situación sencillamente insostenible», ha explicado el concejal.
Sanz, que se ha referido a la colonia de palomas como «una plaga muy preocupante», aseguraba que en el pasado «tan solo se programaron algunos vuelos con halcones y se usaron petardos, sin que ello supusiese una solución». Por eso, ha añadido que «el Gobierno municipal decidió incluir a las palomas dentro de un nuevo contrato para el control de plagas, cuyo importe asciende a los 53.000 euros, incrementando así en casi un cincuenta por ciento el presupuesto».
Con este contrato y con otras medidas adicionales, el Ayuntamiento ha conseguido eliminar en torno a 20.000 ejemplares, «empleando redes y otros sistemas de captura; colocando elementos disuasorios o sistemas que impiden su reposo y cría en inmuebles o zonas muy localizadas como puntos negros, y también se han tramitado permisos para su abatimiento en zonas rústicas próximas a la ciudad, con acuerdos con la Federación de Caza, y se han organizado jornadas de abatimiento en zonas verdes de la ciudad, como varios parques y el zoo municipal, siempre de manera muy controlada y muy segura», ha detallado.
Jaime Sanz ha aportado datos que demuestran «el serio problema existente desde hace años en relación a las palomas», como que un ejemplar es capaz de producir 11kg de deyecciones al año, «con las consecuencias que ello tiene para la limpieza y la salubridad en la ciudad».
«Guadalajara tiene un gran problema con la colonia de palomas existente en la ciudad. Hoy sabemos que hemos logrado reducir al 50 por ciento su tamaño, pero queda muchísimo por hacer. Lo que es evidente es que la ciudad no podía seguir así y por ello hemos adoptado medidas drásticas, que son las que nos están permitiendo actuar con rapidez porque no podemos seguir con una ciudad literalmente tomada por las palomas y repleta de excrementos en todas partes, que suponen un elevado coste y esfuerzo en el servicio de limpieza, que deterioran edificios, coches, canalizaciones y la propia imagen de la ciudad. Vamos a seguir actuando con la mayor de las contundencias», ha concluido.