El Ayuntamiento de Ciudad Real compra 45 hectáreas en el Parque Arqueológico de Alarcos

Ciudad Real apuesta por su futuro y su historia: una inversión que enciende la esperanza de generaciones

En el corazón de la ciudad, un acto cargado de significado y visión de futuro tuvo lugar esta semana en el salón de plenos del Ayuntamiento de Ciudad Real. La firma de un acuerdo para la adquisición de aproximadamente 45 hectáreas en el Parque Arqueológico de Alarcos marca un capítulo importante en la historia reciente de la localidad y refleja el compromiso de sus dirigentes con un desarrollo sostenible y cultural que beneficia a toda la comunidad.

El alcalde, Francisco Cañizares, fue categórico al expresar que estas tierras no solo son un suelo más en el mapa, sino el inicio de un proyecto que convertirá ese espacio en un referente para la ciudad. “Este cerro será un motor cultural y social”, afirmó, resaltando que no se trata solo de adquirir tierra, sino de “firmar un contrato con la ciudad” para convertir ese territorio en un centro vivo de actividades formativas, medioambientales y de ocio.

El acto contó con la presencia de Rafael Ayala, representante de la familia propietaria, quien – junto al equipo municipal – rubricó un acuerdo que fue visto como una oportunidad que Ciudad Real no podía dejar escapar. La inversión de 931.000 euros — una suma considerable, pero que para el alcalde representa una cuantía “bastante inferior” a lo que costaría si la propiedad se hubiese puesto a la venta en el mercado privado — es vista como una inversión en el patrimonio, en la historia y en la calidad de vida de las generaciones futuras.

Cañizares destacó que esta compra no es solo un acto administrativo, sino un compromiso con la historia y el futuro de la ciudad. “Estamos adquiriendo nuestro casco histórico, nuestra historia”, aseguró. La intención del ayuntamiento es transformar estos terrenos en un espacio que sirva para potenciar actividades de excavación y formación arqueológica, crear una residencia para estudiantes y promover programas medioambientales que aprovechen el entorno natural, en especial el río Guadiana. Imágenes y fotografías de la zona, como la que ilustra esta nota, muestran un escenario lleno de historia en plena transformación.

El proyecto también contempla un posible resurgir de tradiciones emblemáticas como la Romería de Alarcos, que podría recuperarse en el entorno del río, reforzando el valor cultural y patrimonial de la zona. La visión es clara: convertir estos terrenos en un lugar de encuentro, aprendizaje y disfrute para muchas generaciones de ciudadrealeños.

El compromiso del alcalde va más allá del simple acto de compra; es una promesa de un espacio abierto, dinámico y participativo, en el que otras instituciones y entidades de la ciudad podrán involucrarse. La idea es que “esto no lo compra el Ayuntamiento para el Ayuntamiento”, sino que se convierta en un motor de identidad y orgullo para toda la comunidad.

En definitiva, la adquisición de las tierras en Alarcos representa mucho más que una inversión económica. Es una apuesta por la historia, la cultura y el bienestar de Ciudad Real, una inversión que enciende la esperanza de un futuro lleno de posibilidades y que fortalece los lazos entre el pasado y el porvenir de esta hermosa ciudad.

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