El Ayuntamiento conmemora tres siglos de historia de la Hermandad del Nazareno con la Medalla de la Corporación

Ciudad Real celebra 300 años de fe y tradición con la Hermandad del Nazareno

Este domingo, Ciudad Real abrió sus corazones y sus calles para homenajear a uno de sus pilares históricos y religiosos: la Hermandad del Nazareno. En un acto cargado de emoción y significado, la Iglesia de San Pedro fue escenario de una misa especial que conmemoró tres siglos de devoción, historia y cultura en la ciudad.

La ceremonia coincidió con la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, una fecha que desde hace siglos une a la comunidad en un acto de fe y reflexión. Pero en esta ocasión, la celebración adquirió un significado aún más profundo: el reconocimiento a una hermandad que ha sido testigo y participante de la vida de Ciudad Real durante 300 años.

El alcalde Francisco Cañizares, acompañado del concejal de Cultura, Pedro Lozano, y varios miembros de la Corporación Municipal, no quisieron faltar a este acto emblema. Con respeto y orgullo, participaron en la eucaristía, que estuvo presidida por la comunidad religiosa y contó con la presencia de numerosos devotos y seguidores de la Hermandad.

Durante la ceremonia, el ayuntamiento entregó a la Hermandad del Nazareno la Medalla de la Ciudad, una distinción que simboliza el reconocimiento oficial a su legado y su influencia en la vida cultural y espiritual de la localidad. La hermana mayor, Antonia Lucendo, fue la encargada de recoger la condecoración, en un acto emotivo que también incluyó la lectura del acta por parte del secretario de la hermandad.

Tras la ceremonia, los asistentes tuvieron la oportunidad de acercarse en un besapiés extraordinario a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que desde esa mañana descansaba en el altar de culto, preparado para acompañar a la comunidad durante toda la semana. La imagen viajará el viernes a la Catedral de Santa María del Prado, donde se celebrará la Función Principal del Tercer Centenario, cerrando así un ciclo de agradecimiento y reconocimiento.

Este momento en la historia de Ciudad Real no solo representa un homenaje a la tradición religiosa, sino también una reafirmación de los valores de identidad y comunidad que han perdurado a lo largo de los siglos. La Hermandad del Nazareno, con sus 300 años de historia, sigue siendo un símbolo vivo de fe, historia y pertenencia para los ciudadrealeños.

La celebración concluyó con un sentido acto que reafirmó la unión entre el pasado y el presente, recordando que las raíces profundas de una comunidad se fortalecen cuando sus tradiciones son preservadas y valoradas. La noche en San Pedro quedó marcada en la memoria de todos como un testimonio del amor, la fe y el compromiso que sostienen a Ciudad Real a lo largo de los siglos.

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