La región de Castilla-La Mancha ha experimentado un incremento del 6% en su superficie forestal en los últimos diez años, revelando un equilibrio con la masa agraria de la zona. La capacidad de estos bosques para la captación de agua se ha valorado en más de 2.900 millones de euros, destacando su importancia económica y ambiental.
Esta información fue dada a conocer por la directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), María Jesús Rodríguez, y la consejera de Desarrollo Sostenible de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Mercedes Gómez. Ambas presentaron en Toledo los datos del Cuarto Inventario Forestal Nacional relativos a esta comunidad autónoma, poniendo de manifiesto la relevancia de conocer la evolución de los bosques a nivel nacional, una práctica que se renueva cada década y que ofrece un registro de 50 años de historia forestal.
Rodríguez, antes de detallar los resultados del inventario, señaló que la superficie forestal nacional está también en aumento, un fenómeno que consideró positivo pero complejo, destacando que en algunos casos este crecimiento está asociado al abandono del medio rural. Remarcó la importancia de la superficie forestal arbolada, que ocupa más del 50% del territorio nacional, y su aporte a los sumideros de carbono en el contexto de las políticas de cambio climático.
Ambas funcionarias subrayaron la urgencia de implementar una gestión forestal adecuada, a través de una planificación y herramientas de gestión efectivas, para mantener y mejorar el estado de estos ecosistemas. En Castilla-La Mancha, donde la masa forestal ha experimentado un notable crecimiento, resaltaron las medidas de gestión forestal sostenible emprendidas por el gobierno regional.
Gómez destacó que, además de contribuir a la captación de agua, los bosques de Castilla-La Mancha desempeñan un papel crítico como sumideros de gases de efecto invernadero, señalando un balance negativo de más de 3.200 kilotoneladas de CO2. Este dato subraya el compromiso con el mantenimiento de los 3.800.000 hectáreas de bosque y la continua labor para su conservación frente al cambio climático y la sequía.
El valor del Cuarto Inventario Forestal Nacional y su contribución a la ciencia y a la política ambiental fue otro de los puntos enfatizados por Rodríguez, quien destacó que este documento ya no se limita a medir la cantidad de madera, sino que considera aspectos como la biodiversidad, los productos forestales no madereros y los servicios ecosistémicos. El inventario y su base cartográfica, el Mapa Forestal de España, son herramientas clave para fundamentar la toma de decisiones en cambio climático, biodiversidad y desarrollo rural.
Para finalizar, la consejera Gómez recalcó el rol del sector forestal en el desarrollo socioeconómico de Castilla-La Mancha y su contribución a la economía de las zonas menos pobladas. A través de la activación de sectores económicos locales como la madera, el corcho y la resina, los bosques se posicionan como elementos dinamizadores en la comunidad autónoma. El inventario, disponible al público, refuerza esta visión integradora de la conservación ambiental y el progreso económico.
