El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, rindió homenaje al Papa Francisco durante una misa celebrada en la Catedral Primada, recordando al pontífice como un líder que miraba a los ojos, escuchaba con atención y poseía una notable capacidad mística. Durante su homilía, Cerro Chaves destacó la humildad del Papa, rememorando su primera visita a Roma y cómo «todos los mendigos de Roma lo conocían». Esta conexión personal, según el arzobispo, hacía que cada persona se sintiera valorada y escuchada.
Cerro Chaves enfatizó la habilidad de Francisco para escuchar antes de hablar, huyendo de los discursos previos y promoviendo un enfoque sinodal que aboga por la escucha activa de la palabra de Dios y de los sufrimientos ajenos. El arzobispo también resaltó la mística del Papa, describiéndolo como «el místico de la calle» que vivía intensamente la espiritualidad al interactuar con la gente, un enfoque que admiró profundamente.
Asimismo, el arzobispo elogió el compromiso del Papa con los más necesitados, citando su férrea postura en conflictos internacionales, como el caso de Gaza, donde Francisco lo calificó de genocidio, condenando así la violencia como una respuesta inaceptable a cualquier conflicto humano.
Cerro Chaves hizo hincapié en la pobreza del Papa, que, según él, no necesitaba hacer una opción por los pobres porque siempre había vivido en esa situación. El arzobispo también recordó la estrecha relación entre el Papa Francisco y la ciudad de Toledo, mencionando la designación de su cargo como arzobispo y destacando encuentros previos entre el Papa y figuras de Castilla-La Mancha, incluido el presidente de la Junta y la entonces alcaldesa de Toledo.
Finalmente, el arzobispo evocó momentos significativos, como la recepción de las Madres de la Esperanza, donde el Papa demostró su interés genuino por los más jóvenes, abrazando a cada niño presente y subrayando la importancia de los gestos de amor y compasión en su ministerio.
