En una comunicación cargada de afecto y expectativas, el Arzobispo de Toledo, don Francisco Cerro Chaves, ha iniciado su visita pastoral que le llevará a recorrer las comunidades de las 23 parroquias comprendidas en los arciprestazgos de Belvís de la Jara y Puente del Azobispo. Este recorrido que durará dos meses y medio, comenzó con una carta dirigida a los fieles de la región, donde el arzobispo expresa su entusiasmo por conocer de cerca las tradiciones y el entorno natural que considera un reflejo de la belleza del Creador.
El Arzobispo señala que los arciprestazgos albergan aproximadamente diecisiete mil habitantes en un área que ha enfrentado el desafío de la despoblación rural y el envejecimiento de su población. A pesar de estos desafíos, recalca la importancia de la justicia distributiva para preservar el patrimonio rural e histórico, y destaca el papel de las tradiciones inmemoriales que mantienen vivas las raíces culturales y religiosas de la comunidad.
Durante el periplo, el religioso hará hincapié en la importancia de la religiosidad popular, animando a cuidar los momentos espirituales que ponen en el centro a Jesús y María, y que juegan un papel crucial en contrarrestar la secularización en Europa. Asimismo, considera la visita pastoral como una oportunidad para la comunión y la gracia, en la que se tomará el pulso a la vida eclesial y se reconocerá la labor de catequistas, colaboradores parroquiales y los servicios caritativos que atienden a los más vulnerables.
El Arzobispo invita a las comunidades a considerar las nuevas necesidades del sacerdocio frente al envejecimiento y la soledad, y subraya la importancia de la colaboración con instituciones externas para promover el bien común. La interacción con autoridades locales, entidades educativas y asistenciales, así como la integración en las preocupaciones laborales, son vistas como momentos para demostrar el compromiso de la Iglesia en servir a todas las personas.
A la espera de los encuentros venideros, don Francisco Cerro Chaves expresa su gusto por la cercanía con su comunidad y su deseo de que este tiempo sirva para renovar la fe, unir más aún a las parroquias y actuar con esperanza y caridad en «este tiempo apasionante». Con estas palabras, el Arzobispo de Toledo busca tender puentes hacia un mayor entendimiento y cooperación entre la Iglesia y las comunidades a las que sirve.
