Domarys llegó al famoso restaurante de Carlos Sobera con la esperanza de encontrar una conexión auténtica que pudiera florecer en una bonita historia de amor. No buscaba un encuentro fugaz; su intención era clara: hallar algo que perdurara en el tiempo. Lo que no sabía era que su cita con Alejandro, un cubano afincado en España, daría un giro inesperado antes de que el postre llegara a la mesa.
Ambos compartían un trasfondo latinoamericano. Ella, originaria de Venezuela, y él, de Cuba, pero acostumbrado a la vida en la Península desde niño. La química parecía prometedora, hasta que Alejandro hizo una revelación que cambió el rumbo de la velada. Al expresar que se sentía más español que cubano, encendió una chispa de decepción en Domarys. «Tiene unas raíces demasiado bonitas y las deja de lado», se lamentó, evidenciando un choque cultural que iba más allá de simples palabras.
Durante la ceremonia de la decisión final, las diferencias se hicieron insalvables. «Estás demasiado desligado de tus raíces cubanas. Tienes unas raíces muy bonitas que no resaltas», le dijo, dejando claro que su conexión no sería posible. Ella anhelaba a alguien que valorara su herencia cultural, no solo la propia, sino también la de su pareja. La falta de orgullo por su origen resultó ser un factor decisivo.
Alejandro, por su parte, defendió su realidad: “Me he criado aquí y me siento como alguien de aquí. De Cuba tengo muy poco”. Sus palabras, más que ofrecer un punto de vista, terminaron por distanciarlo aún más de Domarys, quien no podía entender esa desvinculación de su cultura natal. “Resaltas muy poco ser cubano”, finalizó, ratificando su decisión de no querer seguir adelante con la cita.
Poco antes, Alejandro había mostrado interés en continuar conociendo a Domarys, pero su contundente respuesta dejó claro que esa posibilidad se desvanecía rápidamente. La situación no solo puso sobre la mesa las distintas formas de identificarse con su herencia cultural, sino que también reveló lo importante que es encontrar sintonía en aspectos fundamentales en una posible relación. Así, lo que comenzó como un encuentro esperanzador terminó siendo una conferencia sobre identidad cultural, con gran impacto en lo que pudo haber sido una historia de amor.