En Cuenca, la promoción de la lectura en los más jóvenes ha tomado un giro lúdico con la última iniciativa municipal: un concurso de animación a la lectura que combina la pasión por los libros con la emoción de un juego de mesa. La mecánica es sencilla y atractiva para el público infantil: a medida que los niños leen, avanzan en un tablero diseñado especialmente para esta aventura literaria, con el objetivo de llegar a la meta final.
El tablero, ilustrado con colores vivos y caminos que recuerdan a los cuentos clásicos, está diseñado para captar la atención de los más pequeños. Con cada libro leído, los participantes avanzan casillas, haciéndoles partícipes de una dinámica que recompensa su dedicación y esfuerzo. Esta iniciativa busca no solo fomentar la lectura como un hábito, sino también hacer que los niños asocien la práctica con el entretenimiento y la diversión.
Este concurso es una respuesta creativa a la preocupación por el descenso en los hábitos de lectura entre el público infantil, una tendencia que preocupa a educadores y bibliotecarios. Con la tecnología y las pantallas ganando cada vez más terreno como principal fuente de entretenimiento para los jóvenes, iniciativas como esta buscan recobrar el encanto de sumergirse en las páginas de un libro.
El evento ha sido recibido con entusiasmo tanto por los niños participantes como por sus padres y educadores, quienes ven en esta propuesta una forma efectiva de involucrar a los más jóvenes en la cultura y el arte de leer. La expectativa es que el concurso sea sólo el inicio de un movimiento más amplio que posicione la lectura como una actividad fundamental y emocionante en la vida de los niños.
La colaboración entre bibliotecas, escuelas y el Ayuntamiento ha sido clave para el éxito de la iniciativa. No se trata solo de un evento puntual, sino de una campaña con vocación de permanencia que pretende establecer las bases para que futuras generaciones crezcan con la lectura como una parte esencial de su desarrollo personal y educativo.
La fecha de finalización del concurso coincide con el comienzo de las vacaciones de verano, ofreciendo así un aliciente adicional para que los niños se sumerjan en lecturas que los transporten a mundos de fantasía, aventura y conocimiento durante su tiempo libre. El premio final, aún por desvelar, promete ser una sorpresa que reafirmará el valor de la lectura en el desarrollo intelectual y creativo de los más pequeños. Con esta y otras iniciativas, Cuenca se posiciona como una ciudad que valora y promueve la lectura desde edades tempranas, sembrando hoy las semillas de los ávidos lectores del mañana.
