El aislamiento por phubbing pone en serio peligro a la pareja por prestar más atención al móvil que a la persona

El phubbing, ignorar a una persona por prestar atención al teléfono móvil, asesta un duro golpe a las relaciones de pareja, familiares y sociales, especialmente en estos meses de verano. Esta alteración o disfunción de la comunicación propicia una serie de problemas que existen durante todo el año, pero que se agudizan en esta época.

El experto en comunicación de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, alerta sobre que “el fenómeno de estar prestando constantemente más atención al teléfono móvil que a la pareja —esa sensación que todos tenemos de que no se nos tiene en cuenta, porque la otra persona está mirando correos, las redes o los chats— supone un grave riesgo de conflicto y distanciamiento en el ámbito social y familiar”.

Podemos combatir el exceso de utilización del móvil con estas claves que fija el experto como una “Guía de convivencia”. Son pautas de relación para evitar que el móvil arrase las relaciones entre las personas.

Guía de convivencia de la pareja: cómo potenciar el nivel de relación en 5 pasos

  1. Crear un plan estricto de comunicación para el diálogo en la pareja, que consistiría en dedicar una serie de minutos al día a la charla y la conversación personal, sin móviles por medio.
  2. Hablar cada día de lo que se ha hecho por separado y en pareja, en el trabajo, con los amigos y los miembros de la familia. Fijar al final del día un tiempo para comentar la jornada.
  3. Poner por escrito cada día las frases clave de la jornada, a modo de titulares periodísticos, con los objetivos, los problemas a resolver y los planes de actuación.
  4. Establecer un debate abierto sobre la planificación de las vacaciones, cómo afrontar el nuevo curso y qué planes de futuro podemos tener en pareja.
  5. Potenciar el mensaje verbal y gestual con la práctica diaria de solución de problemas mediante la técnica de pregunta/respuesta, en que un miembro de la pareja lanza una pregunta y el otro responde, a modo de entrevista en un medio de comunicación.

España está entre los países con mayor número de smartphones, con lo que esto supone de aislamiento de las personas hacia un mundo virtual, no presencial. En algunos casos de adolescentes, la timidez y la falta de hábito de conversación conducen a la “soledad del móvil” y al aislamiento con más intensidad.

Especialmente los jóvenes, cada vez hablan menos en persona, por lo que pierden el hábito de la conversación y les cuesta el diálogo debido a la falta de costumbre y al excesivo tiempo que pasan en Internet y en redes sociales. El móvil separa a la pareja porque no se hace un uso responsable de la tecnología y se presta más atención a la máquina que a la persona.

Lo que debemos hacer para controlar la adicción al móvil

  • Tiempo controlado del uso del móvil. Hay que delimitar un tiempo para su uso durante la jornada. Es necesario fijar su rango de utilización al día, según las edades y la personalidad de cada individuo. Las personas proclives a socializar con dificultad deberán propiciar los encuentros personales y dejar de lado el móvil.
  • ‘Contrato’ entre las partes. Se fijarían unas reglas pactadas y escritas en la pareja para dialogar cara a cara, sin teléfono cerca, sobre todo los temas más conflictivos. En esta declaración de principios, de mutuo acuerdo, se establecen las normas que cada cual determine y se premia su estricto cumplimiento.
  • El ‘policía’ del móvil. Apartar los móviles de la mesa en las comidas con «sanción» para quien transgreda la norma (invitar a un café o a un refresco a la familia). Cada día, una persona del grupo se convierte en vigilante de la comunicación para que se cumplan esas normas impuestas de manera consensuada.
  • Zona ‘libre de móviles’. Establecer una franja horaria diaria de “stop al móvil” durante las reuniones sociales y de trabajo. Esa zona sin móviles puede ser en casa, en la oficina o en el lugar de vacaciones. La duración se determinará en función del tiempo que compartamos con los demás, para así luchar contra la nomofobia.
  • La ‘ley del silencio’ de los móviles. Guardar en una caja todos los móviles silenciados de las personas que se van a reunir por ocio o negocio, y entregar a cada uno al finalizar la sesión. Se dejarán conectados, con timbre, por si hubiera una urgencia, pero nadie utilizará el dispositivo mientras impere la “ley del silencio”. Evitemos también con esta recomendación la nomofobia por no tener el móvil en la mano, para que no sea un fenómeno de ansiedad que nos descontrole. Es posible estar sin móvil. No pasa nada.

“Estas ideas de relación nos podrán ayudar a evitar el conflicto de pareja, especialmente ahora en verano, con mayor nivel de convivencia, y evitarán que el teléfono móvil separe a las personas por el fenómeno del phubbing, por el que se presta más atención al móvil que a las personas”, concluye Julio García Gómez, experto en disfunciones de la comunicación social de la Fundación Casaverde y director del Diploma de Comunicación en Salud de la Fundación Economía y Salud.

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