Los aguiluchos cenizos, después de recorrer más de 3.000 kilómetros desde África, ya han sido avistados en la mayor parte de la Península Ibérica. Aunque la mayoría de las llegadas se completarán en abril cuando se establezcan en sus áreas de reproducción, según ha informado SEO/BirdLife.
Esta especie está vinculada principalmente a los hábitats agrícolas de cultivos herbáceos, con preferencia por las grandes extensiones de trigo y cebada, donde ubican sus nidos y crían a sus polluelos.
En España, los aguiluchos cenizos se encuentran mayormente en cuatro comunidades: Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura. Además, según el último censo coordinado por SEO/BirdLife en 2017, la provincia de Badajoz es la más destacada donde se supera el medio millar de parejas reproductoras, mientras que en el resto de comunidades su presencia es muy inferior.
El último censo también muestra que si se compara el tamaño de su población en 2017 con el de 2006, se ha producido un declive del 23 al 27% en tan solo una década, lo que representa una pérdida de alrededor de 1.500 parejas. Este declive se debe en gran parte a que el aguilucho cenizo depende en gran medida de las extensiones cultivadas de trigo y cebada, donde instalan sus nidos. Lamentablemente, esto también significa que muchas veces los polluelos mueren durante la cosecha de los cultivos.
Para proteger los nidos durante las cosechas, SEO/BirdLife trabaja a través de varios Grupos Locales de la organización y otras personas voluntarias para proporcionar medios, fondos y medidas de compensación a los agricultores para evitar que los huevos y los pollos sean destruidos por las cosechadoras.
Además, están impulsando el desarrollo de medidas específicas ligadas a los usos agrícolas en los cultivos de cereal, como el retraso de la cosecha, la conservación de linderos o eriales y el desarrollo de medidas que permitan la conservación de barbechos gestionados para fomentar la biodiversidad en al menos un 10% de la superficie de cultivo.
Aunque el aguilucho se enfrenta a múltiples amenazas, gracias al programa Migra que desarrolla SEO/BirdLife con el apoyo de la Fundación Iberdrola desde hace más de una década, se ha avanzado en el conocimientos de las zonas vitales donde realizan el invierno.