El aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York suspendió temporalmente sus operaciones este viernes debido a una alarmante escasez de personal. Este problema, provocado por el cierre del Gobierno federal que lleva más de un mes, generó una pausa en los despegues por cerca de una hora y media, y se sumó a los retrasos ya existentes por condiciones de viento. Esta crisis de personal afecta no solo a JFK, sino también a otros aeropuertos de la zona, como Newark y LaGuardia.
La Administración Federal de Aviación (FAA) y la agencia de Gestión de Emergencias de Nueva York han señalado que la falta de controladores aéreos es crítica, impidiendo el flujo normal de vuelos y limitando las llegadas a solo 36 aviones por hora. Aunque los controladores aéreos son considerados empleados esenciales y deben continuar trabajando, muchos han optado por no presentarse, alegando problemas de salud, dado que no han recibido sus salarios debido a la falta de financiamiento.
Este cierre del Gobierno se ha convertido en el segundo más largo en la historia de Estados Unidos. La situación actual recuerda eventos pasados, cuando una crisis similar llevó a una interrupción del tráfico aéreo en 2018-2019, marcando la urgencia de resolver el conflicto para garantizar la estabilidad del transporte aéreo y la seguridad de los pasajeros.
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