El Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112 de Castilla-La Mancha ha dado a conocer un balance del año 2023 en relación a los accidentes de tráfico graves en la región. El organismo, que forma parte de la Consejería de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, ha coordinado la ayuda de los grupos de intervención en un total de 243 accidentes graves, en los cuales lamentablemente fallecieron 82 personas.
Estos datos muestran un ligero descenso en la siniestralidad en carretera en comparación con el año anterior, 2022, donde se registraron 248 accidentes graves. En términos de víctimas mortales, el recuento también ha disminuido, con tres fallecidos menos en 2023 en comparación con el año anterior, cuando la cifra fue de 85.
Durante el pasado año, el Servicio 112 atendió una media de 20 accidentes de tráfico graves por mes, destacando que un porcentaje significativo, el 42,7%, se debió a la salida de la vía del vehículo, sin que interviniesen otros coches en el incidente, lo que significa que casi la mitad de los accidentes tuvieron esta causa.
En cuanto a la distribución geográfica de los siniestros, Toledo fue la provincia con más accidentes graves, registrando 73 incidentes, lo que representa el 30% del total en la región. Ciudad Real y Albacete se situaron en segundo y tercer lugar con 59 y 40 accidentes, respectivamente. Guadalajara y Cuenca experimentaron un número de siniestros bastante similar, con 35 y 34 accidentes.
El análisis mensual revela que los meses de mayor siniestralidad fueron mayo y septiembre, con 24 y 26 accidentes graves cada uno. La temporada estival, que comprende los meses de junio a septiembre, acumuló más de un tercio de los incidentes, siendo junio y julio los meses con menor siniestralidad al inicio y fin del año. No obstante, diciembre resultó ser un mes notoriamente convulso, con 24 accidentes graves.
El Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112 también ha destacado la importancia de su labor en la movilización de recursos y la coordinación entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como los servicios sanitarios. Estos últimos incluyen médicos de urgencias, ambulancias, UVI y helicópteros medicalizados, fundamentales para el traslado de heridos graves. Además, los bomberos desempeñan un papel crucial, especialmente en casos donde las víctimas quedan atrapadas en los vehículos, y el personal de mantenimiento de carreteras es esencial para restablecer la normalidad en las vías afectadas.