En un giro dramático en los acontecimientos internacionales, la Casa Blanca ha señalado este viernes que existen fuertes indicios que apuntan a que el avión de Azerbaijan Airlines, que sufrió un trágico destino al estrellarse cerca de Aktau, Kazajistán, pudo haber sido derribado por los sistemas de defensa aérea rusos. La acusación, sin precedentes en los tiempos recientes, ha provocado una oleada de tensiones diplomáticas y la promesa de una investigación exhaustiva.
El portavoz de Seguridad Nacional, John Kirby, durante una conferencia de prensa, subrayó que el Gobierno estadounidense ha extendido su mano para apoyar en las pesquisas del caso. Mientras tanto, el presidente Joe Biden se encuentra al tanto de la evolución de los eventos, según fuentes de Bloomberg. Este gesto de Estados Unidos destaca la gravedad con la que se está tomando el asunto a nivel internacional.
Desde la perspectiva de Azerbaijan Airlines, los detalles preliminares apuntan a una «interferencia externa física y técnica» como la causa del accidente. La aerolínea, en un gesto de precaución y luto, ha decidido suspender todos sus vuelos desde Bakú desde este sábado, hasta que los hechos estén esclarecidos.
El Gobierno de Azerbaiyán no ha tardado en confirmar lo que muchos temían: la presencia de «rastros de metralla», «agujeros» en una de las alas y «daños en el fuselaje». Estas declaraciones, hechas por el ministro de Transporte, Rashad Nabiyev, son un sombrío recordatorio de las devastadoras implicaciones del incidente.
El accidente tuvo lugar el día de Navidad, cuando el Embraer 190 se precipitó a tan solo tres kilómetros del aeropuerto en Aktau, después de que se le obligase a desviar su ruta inicial debido a la densa niebla en Grozni, siendo redirigido primero a Majachkalá, en el Daguestán ruso, y luego a Aktau. La tragedia se saldó con 38 fallecidos y 29 heridos, muchos de ellos en estado crítico.
Este incidente no solo deja un doloroso saldo de víctimas y familias destruidas, sino que también abre un nuevo capítulo de incertidumbre en las relaciones internacionales, especialmente entre Rusia y los países involucrados. Con los ojos del mundo puestos en la investigación en curso, la comunidad internacional espera ansiosa por respuestas claras y justicia para las víctimas de este desolador suceso.
