Estados Unidos ha llevado a cabo un significativo ataque contra posiciones del Estado Islámico en Siria, en respuesta al reciente asalto en la provincia de Palmira que resultó en la muerte de tres ciudadanos estadounidenses, incluidos dos militares. La operación, calificada por el Mando Central (CENTCOM) como un esfuerzo a gran escala, busca desmantelar la infraestructura y arsenales de la organización yihadista tras el ataque ocurrido el pasado fin de semana.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmó que esta ofensiva, denominada “Ataque ojo de halcón”, no representa el inicio de una nueva guerra, sino más bien una respuesta contundente a las agresiones contra fuerzas estadounidenses y aliadas. Durante la acción, se destacó que el objetivo es erradicar a los enemigos de Estados Unidos, enviando un mensaje claro de venganza tras la reciente tragedia que dejó tres bajas en el país.
El presidente Donald Trump también se pronunció sobre el incidente, expresando sus condolencias y reafirmando el compromiso de proteger a su pueblo en cualquier parte del mundo. Trump caracterizó el asalto como un ataque del Estado Islámico contra Estados Unidos y Siria, enfatizando que la región en cuestión está lejos de estar completamente controlada por las autoridades sirias.
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