EEUU respalda el plan de autonomía de Marruecos para Sáhara Occidental como propuesta «seria, creíble y realista»

La situación en el Sáhara Occidental ha sido objeto de controversia durante décadas. Desde los años 70, Marruecos ha mantenido una disputa con el Frente Polisario, una organización independentista saharaui respaldada por Argelia. El conflicto se inició cuando España, la potencia colonizadora, abandonó la región. Desde entonces, Marruecos ha reclamado la soberanía del área, mientras que el Frente Polisario ha insistido en el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.

En los últimos días, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha reiterado su apoyo al plan de autonomía presentado por Marruecos, considerándolo una propuesta seria, creíble y realista para solucionar el conflicto del Sáhara Occidental. Este plan busca otorgar cierto grado de autonomía a la región, pero sin ceder su soberanía a un estado independiente. El Frente Polisario, sin embargo, ha rechazado frontalmente esta vía, insistiendo en la necesidad de materializar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.

La postura del secretario de Estado estadounidense ha sido criticada por diversos sectores. Entre otros, el senador demócrata Chris Murphy ha calificado el plan de autonomía como un intento de Marruecos de mantener su ocupación ilegal del Sáhara Occidental. Según Murphy, el pueblo saharaui tiene el derecho a decidir su futuro de manera libre y democrática, algo que el plan de autonomía no garantiza.

Por otro lado, el Frente Polisario ha denunciado las declaraciones de Blinken como una traición a los principios de la ONU y del derecho internacional. Según la organización independentista, el plan de autonomía de Marruecos viola las resoluciones de la ONU y la opinión consultiva del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Además, el Frente Polisario ha asegurado que continuará luchando por el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, incluso si eso implica retomar las hostilidades armadas.

En este contexto, es importante señalar que el Sáhara Occidental es una de las zonas más militarizadas de África. A lo largo de los años, ha habido varios intentos de resolver el conflicto mediante negociaciones y acuerdos de paz, pero ninguno ha dado resultados concretos. La situación ha sido agravada por la presencia de la mina de fosfato más grande del mundo, situada en la región, lo que ha llevado a una explotación intensiva del recurso por parte de Marruecos.

Ante esta situación, la comunidad internacional ha tenido un papel clave en el mantenimiento del statu quo. Marruecos ha recibido el apoyo de países como Francia, España y Estados Unidos, mientras que Argelia ha respaldado al Frente Polisario. La ONU ha mantenido una misión de paz en la región desde 1991, pero su papel ha sido criticado por ambas partes, que lo consideran ineficaz.

En conclusión, el conflicto del Sáhara Occidental sigue siendo uno de los más complejos y prolongados de África. El plan de autonomía presentado por Marruecos ha sido apoyado por algunos países, pero rechazado por el Frente Polisario y otros sectores que consideran que no garantiza el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. La comunidad internacional ha tenido un papel clave en el mantenimiento del conflicto, y es necesario que aumente sus esfuerzos para lograr una solución pacífica y justa para todas las partes involucradas.

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