El presidente Joe Biden ha efectuado un movimiento significativo al anunciar la decisión de Estados Unidos de enviar una delegación de exfuncionarios a Taiwán con motivo de la toma de posesión del presidente electo, William Lai Ching-te. Este gesto se presenta como un claro respaldo a la isla en un momento de tensiones crecientes con China, que sigue viendo a Taiwán como parte de su territorio y ha reaccionado ante la elección de Lai etiquetándolo como «separatista peligroso».
La delegación, de carácter bipartidista y liderada por Brian Deese, antiguo asesor económico de la Casa Blanca, no solo es representativa de la política estadounidense sino también de sus lazos con Taiwán. Incluye figuras prominentes como Richard Armitage, exfuncionario del Departamento de Estado, y expertos como Richard Bush de la Brookings Institution, marcando así un fuerte simbolismo en el apoyo de Washington a Taipéi.
La delegación se encargará de asistir a la ceremonia de toma de posesión el 20 de mayo, así como de sostener reuniones con líderes locales. Este acto, según funcionarios estadounidenses, no representa un cambio en la postura política de Estados Unidos hacia Taiwán, pero se espera que cualquier reacción negativa por parte de China sea considerada como una provocación.
A pesar de que Washington cambió su reconocimiento diplomático de Taiwán a Pekín en 1979, ha mantenido relaciones no oficiales con Taiwán, siendo además su principal proveedor de armas. Esta relación se ha tensado ante el incremento de la actividad militar china en las cercanías de Taiwán, lo que ha motivado a Estados Unidos a reafirmar su apoyo a la isla, incluso con ejercicios militares conjuntos en el Pacífico.
Esta medida se enmarca dentro de una serie de esfuerzos por parte de Estados Unidos para apoyar a Taiwán frente a la creciente presión china. Se espera que, aunque las tensiones entre Estados Unidos y China persistan, la comunicación continúe para tratar de reducir la hostilidad en la región. Este envío de delegados a Taiwán simboliza el compromiso estadounidense con la seguridad y estabilidad en el Indo-Pacífico, y busca evitar una mayor escalada en las tensiones con China.
