La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y su Servicio de Publicaciones han dado a conocer una nueva e importante obra que arroja luz sobre el patrimonio histórico recuperado de actividades ilícitas y generosas contribuciones privadas. La monografía titulada ‘Metales antiguos del Museo de Cuenca procedentes del expolio y donaciones particulares’ es un compendio de 1.745 objetos que han sido catalogados a partir de 25 expedientes de decomisos y diez donaciones.
Los autores de la obra, Rosario Cebrián Fernández, Ignacio Hortelano Uceda y Concepción Rodríguez Ruza, han sido apoyados por la UCLM mediante dos becas que les han permitido digitalizar un aparato gráfico de alta calidad. Cada pieza ha sido cuidadosamente ilustrada para favorecer su identificación, con el propósito de compartir este legado con otros investigadores y con la ciudadanía en general.
El rector de la UCLM, Julián Garde, reafirmó durante la presentación este esfuerzo divulgativo afirmando que «la labor de la universidad también es la difusión» y destacando que «tiene que haber una transferencia social para otros investigadores, pero también para la ciudadanía, y el objetivo se ha cumplido».
La obra, conceptualizada como un punto de partida para futuras investigaciones más detalladas, ya goza de un destacado impacto internacional, con más de 730 descargas desde 14 países diferentes. Fomentando su accesibilidad y difusión, la monografía está disponible gratuitamente en formato digital en el repositorio Ruidera de la UCLM y en Google Play.
La variedad en la muestra es notoria, aglutinando desde objetos de adorno personal hasta fragmentos de esculturas, estatuillas, herramientas de trabajo y piezas de mobiliario doméstico. Una pieza resaltante es un niño Baco en un estado de conservación excepcional, que además luce en la portada del libro y es descrito por Rosario Cebrián como uno de los pocos ejemplares que se encuentran en España.
El museo de Cuenca, cuyas instalaciones fueron usadas para la identificación y fotografía de las piezas durante más de nueve meses en 2021, constituye un espacio actual para la contemplación de estas piezas. Su director, Miguel Contreras, subrayó la importancia del libro en brindar reconocimiento a las piezas que, de otro modo, podrían permanecer en el anonimato.
La presentación de la obra celebrada en la sala Segóbriga del Museo de Cuenca sirvió también de plataforma para denunciar el flagelo del expolio. Carlos Villar, jefe del Servicio de Cultura de la Delegación Provincial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, enfatizó los esfuerzos actuales por reconcer y proteger los yacimientos, incluso si no han sido excavados.
Finalmente, cabe destacar que la clasificación de las obras ha enfrentado retos, como la ausencia de contexto, solventada en parte mediante técnicas como la búsqueda de paralelos geográficos, tanto en España como en Europa. No obstante, el 10 % de las piezas todavía se resisten a la asignación a un periodo determinado, lo que subraya tanto la complejidad como la imprescindible continuación de la tarea investigadora en este campo.