Los guepardos, conocidos por ser los animales terrestres más rápidos del mundo, tienen una distribución geográfica que abarca desde el continente africano hasta parte de Asia. Estos esbeltos felinos suelen habitar en áreas de sabanas y pastizales abiertos, donde pueden aprovechar su velocidad y agilidad en la caza.
En África, los guepardos se encuentran principalmente en países como Sudáfrica, Namibia, Botsuana, Tanzania, Kenia y Zimbabwe. Estas regiones cuentan con vastas llanuras y ecosistemas propicios para sus necesidades de caza. Aunque prefieren hábitats abiertos, también se pueden encontrar en áreas boscosas o desérticas, siempre y cuando haya suficiente presencia de presas.
En Asia, los guepardos están limitados a una pequeña población que habita en el noroeste de Irán y en algunas áreas de Turkmenistán y Afganistán. Esto se debe a la expansión de los asentamientos humanos y la pérdida de su hábitat natural en la región. A diferencia de sus contrapartes africanas, los guepardos asiáticos se enfrentan a mayores amenazas debido a la caza ilegal y la fragmentación de su entorno.
La elección de su hogar está altamente influenciada por la presencia de presas abundantes, como gacelas, impalas y otras especies de herbívoros de tamaño medio. Además, los guepardos prefieren áreas donde haya suficientes escondites y sombra para descansar durante las horas más calurosas del día. A pesar de su adaptabilidad, estos felinos son sensibles a la perturbación humana y tienden a evitar áreas densamente pobladas.
La importancia de preservar los hábitats naturales de los guepardos se vuelve cada vez más evidente debido a su estado de conservación. Estos majestuosos animales se encuentran actualmente en peligro de extinción, con una población estimada de tan solo 7,000 individuos en todo el mundo. La caza furtiva, la pérdida de presas y la destrucción de su hábitat continúan amenazando su existencia.
En conclusión, los guepardos prefieren vivir en áreas abiertas y pastizales donde pueden aprovechar su velocidad para cazar. Su distribución se extiende desde África hasta Asia, aunque su presencia en este último continente es limitada y se encuentra en peligro debido a diversas amenazas. La preservación de sus hábitats naturales es crucial para garantizar la supervivencia de esta especie icónica.