Donald Trump, recién reinstaurado como presidente de Estados Unidos, aprovechó su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos para presentar su visión de una «edad de oro» para la economía estadounidense. En su esperado discurso, reiteró su política proteccionista, criticó a la administración de Joe Biden y ofreció soluciones controvertidas para conflictos globales como la guerra entre Rusia y Ucrania.
«Vengan a fabricar en Estados Unidos»
Trump dirigió un mensaje directo a los líderes empresariales presentes en Davos: «Mi mensaje a todas las empresas del mundo es muy sencillo: vengan a fabricar su producto en Estados Unidos, y les daremos uno de los impuestos más bajos del planeta». Sin embargo, advirtió que las compañías que decidan mantener su producción fuera del país deberán enfrentar aranceles: «Si no fabrican su producto en Estados Unidos, tendrán que pagar un arancel. Esto generará cientos de miles de millones de dólares para nuestra economía, fortaleciendo nuestras finanzas y ayudando a reducir nuestra deuda nacional».
Esta postura refuerza su política económica basada en atraer inversiones al país, una estrategia que busca reactivar el sector manufacturero y reforzar el mercado laboral estadounidense.
Propuestas energéticas y geopolíticas
Trump también se refirió a los altos precios del petróleo y su impacto en la guerra entre Rusia y Ucrania. Argumentó que una reducción en los costos del crudo podría ser la clave para poner fin al conflicto:
«Si el precio del petróleo bajara, la guerra entre Rusia y Ucrania terminaría inmediatamente. Es hora de que los productores de petróleo, como Arabia Saudita y la OPEP, actúen para bajar los costos.»
Además, el presidente propuso exigir una reducción inmediata de las tasas de interés a nivel global, argumentando que esto ayudaría a estabilizar la economía mundial.
En cuanto al conflicto en Ucrania, Trump calificó al país como un «campo de asesinatos absoluto» y prometió trabajar para lograr un acuerdo de paz. Aunque no ofreció detalles específicos sobre cómo lo haría, señaló su disposición a reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin:
«Quiero reunirme con Putin lo antes posible para detener esta guerra y evitar más pérdidas humanas.»
Relaciones con la Unión Europea y críticas comerciales
Trump no dejó pasar la oportunidad de criticar a la Unión Europea, a la que acusó de prácticas comerciales injustas:
«La UE nos trata muy mal. Es extremadamente difícil vender productos agrícolas y vehículos estadounidenses en Europa, mientras ellos venden sus productos en Estados Unidos sin problema. Esto generó un déficit de 350.000 millones de dólares, y vamos a solucionarlo.»
Estas declaraciones avivan las tensiones comerciales entre ambas potencias económicas y podrían influir en las futuras negociaciones bilaterales.
IA y oportunidades tecnológicas
El discurso de Trump también incluyó un guiño a la inteligencia artificial (IA). Anunció una posible inversión conjunta de 500.000 millones de dólares en infraestructuras relacionadas con la IA, una iniciativa que generó aplausos entre los líderes tecnológicos presentes, aunque no estuvo exenta de críticas. Elon Musk, aliado de Trump y ausente en el evento, expresó dudas sobre la viabilidad financiera de la propuesta en su plataforma de redes sociales.
Reacciones y perspectivas
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reconoció los esfuerzos de Trump en el pasado para mediar un alto el fuego en Gaza, destacando su capacidad para impulsar resultados en situaciones críticas:
«La diplomacia robusta de Trump, incluso antes de asumir el cargo, fue crucial para lograr un acuerdo en Oriente Medio.»
Sin embargo, muchas de las propuestas de Trump, como el aumento del gasto militar en la OTAN al 5% del PIB o la imposición de aranceles generalizados, generaron escepticismo entre algunos asistentes al foro, quienes consideran estas medidas difíciles de implementar debido a limitaciones presupuestarias y políticas.
Un regreso polarizante
El regreso de Trump a la escena internacional en Davos marca una nueva etapa en su presidencia, cargada de políticas proteccionistas y objetivos ambiciosos en el ámbito global. Su discurso, aunque polarizante, refuerza su enfoque en priorizar los intereses económicos de Estados Unidos, mientras busca consolidar su liderazgo en el escenario mundial. Queda por ver si sus propuestas lograrán materializarse en un contexto geopolítico y económico cada vez más complejo.