El presidente Donald J. Trump firmó hoy una orden ejecutiva destinada a promover la integridad financiera y la eficiencia operativa dentro del Gobierno federal. La medida busca mejorar la capacidad del Departamento del Tesoro para detectar pagos inapropiados y fraudes, así como gestionar de manera más eficaz los desembolsos gubernamentales.
La nueva orden establece que el Tesoro actualizará su guía y mejorará los sistemas en todo el Gobierno federal para garantizar que todos los pagos realizados en nombre de las agencias sean verificados antes de su aprobación. Esta medida se implementará para evitar tanto el fraude como los pagos indebidos. Los directores de las agencias deberán cumplir con los requerimientos de desembolso del Tesoro, lo que incluye confirmar la disponibilidad de fondos y verificar la información del beneficiario antes de realizar cualquier pago.
Asimismo, la orden exige que las agencias compartan datos relevantes con el Tesoro para fortalecer la detección y prevención de fraudes, adaptándose a las regulaciones legales vigentes. Además, se consolidarán los sistemas financieros centrales, incluyendo aquellos de las agencias no sujetas a la Ley de Responsabilidad Financiera, con el fin de optimizar los informes financieros y la trazabilidad de las transacciones.
El presidente Trump ha denunciado que el fraude financiero representa una amenaza significativa para la integridad de los programas federales y socava la confianza en el gobierno. Según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO), se estima que el Gobierno federal pierde hasta 521 mil millones de dólares anualmente debido a fraudes asociados a sistemas y datos inadecuados.
En este contexto, el Tesoro, que es responsable de proteger el Fondo General —también conocido como «la cuenta bancaria de América»—, ha enfrentado dificultades para mantener controles efectivos sobre las transacciones. La fragmentación de la autoridad de desembolso, en la que los Oficiales de Desembolso No-Tesoro gestionan el 22% de los pagos federales, ha creado reportes duplicados y ha disminuido la capacidad del Tesoro para proporcionar una supervisión centralizada.
Para enfrentar estos desafíos, el presidente Trump ha estado comprometido desde el primer día de su administración a eliminar el despilfarro, el fraude y el abuso en el gobierno federal. Bajo su liderazgo, se ha implementado una iniciativa de eficiencia en costos para asegurar que los contratos y subvenciones gubernamentales cumplan con estándares rigurosos. Adicionalmente, ha institucionalizado el «Departamento de Eficiencia Gubernamental» con el objetivo de optimizar las operaciones federales y reducir la burocracia innecesaria.
Estas acciones se enmarcan en su iniciativa de desregulación, que asegura que cualquier nueva norma federal esté respaldada por beneficios claros. En un esfuerzo por simplificar la administración del gobierno, Trump también ha buscado reducir el tamaño de diversas entidades y ha revocado numerosas acciones ejecutivas de su predecesor. Esta orden que refuerza la integridad financiera es un paso más en su esfuerzo por gestionar de manera responsable los fondos de los contribuyentes y garantizar una función gubernamental más eficiente y transparente.
Fuente: WhiteHouse.gov