El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha confiado en que la calle San Ignacio de Loyola esté reparada y vuelva a ser transitable para vehículos en el plazo de un mes, toda vez que ya se ha detectado el problema que ha provocado el hundimiento de parte de la calzada.
Durante una rueda de prensa este martes, Dolz ha asegurado que los sondeos realizados en la zona han dictaminado que los hundimientos de una parte de la calzada en la rotonda de acceso a la capital ha sido provocado por una fuga de la red de riego del césped que hay instalado en uno de los parterres de la rotonda, y que coincide con el inicio de la calle San Ignacio de Loyola.
De esta forma, el alcalde ha negado que este hundimiento tenga algo que ver con el problema del colector de Astrana Marín y ha asegurado que la zona donde se encuentran ambos problemas «es una zona muy difícil, de tierras de relleno».
«No se sabe desde cuándo existe este problema», ha incidido Dolz, «porque hasta que no se ha empezado a deformar el pavimento de la calle no se ha tenido constancia», ha proseguido.
Por tanto, «en los georradares que se han hecho se ve perfectamente que son aguas superficiales a una profundidad lógica que viene derivada de la red de agua y de la mal característica de esos terrenos», ha asegurado el regidor de la capital.
«Hemos tirado de hemeroteca, fotos antiguas, y se puede ver que el talud de esa zona llegaba hasta el vial que se ha fracturado, y de ahí hasta el río Júcar son todo tierras de relleno de desmontajes de algún cerro que se hizo hace muchos años en la zona de princesa zaida, donde estaba el cerro de los pinillos», ha relatado el alcalde.
Este cerro, según la información facilitada por Dolz, «se desmontó y se aportó todo ese material a esa zona».
«El colector de Astrana Marín, que ahora está a 18 metros de profundidad, cuando se hizo no lo estaba, porque hubo rellenos posteriores de tierras en esa zona, por lo que toda esa parte de la ciudad es una zona bastante complicada», ha subrayado.