La Guardia Civil, en el marco de la denominada ‘Operación Sayal’, ha procedido a la detención de 12 personas pertenecientes a una organización dedicada al tráfico de armas y munición en el ámbito nacional que se ha saldado con registros en varias provincias españolas, entre ellas Lugo y Pontevedra. Una de estas personas ha sido detenida en Toledo.
Según ha informado el Instituto Armado, en la operación se han realizar 17 registros en las provincias de Madrid, Toledo, Sevilla, Navarra, Gerona, Tarragona, Pontevedra, Lugo, Salamanca, Murcia y Melilla, en los que se han intervenido 339 armas de fuego, 37.426 cartuchos metálicos de diferentes calibres, 13,2 kilos de pólvora, y silenciadores, entre otros efectos.
En el caso concreto de Lugo, además de numerosas armas y municiones, igualmente se intervinieron 2,7 kilos de marihuana y 15 colmillos y figuras de marfil, a un individuo que finalmente fue detenido en Melilla.
A los detenidos se les imputan los supuestos delitos de tráfico de armas, depósito de armas, depósito de armas de guerra, depósito de municiones, depósito de explosivos, tenencia ilícita de armas prohibidas, contra la salud pública (tráfico de drogas) y contrabando.
La operación se inició en octubre del pasado año, cuando los agentes, en otra operación independiente, procedieron a la detención en Madrid de uno de los principales traficantes de munición del país, que a través de Internet había vendido más de 36.000 cartuchos metálicos que enviaba a sus compradores por medio de paquetes postales.
Fruto de esta investigación, se puso de manifiesto que este individuo se dedicaba a esta actividad ilegal desde hacía varios años y que los compradores de dichas municiones eran personas que poseían armas de fuego de forma ilegal y que, por tanto,, señala la Benemérita, «no podían adquirir las mismas en establecimientos autorizados, teniendo que recurrir al mercado negro para surtirse de las mismas».
El posterior análisis de la documentación y equipos informáticos intervenidos a dicho suministrador ilegal de munición, permitió la identificación de muchos de sus compradores, los cuales resultaron ser personas que poseían armas de fuego sin licencia y sin registrar, alguno de ellos relacionados con la delincuencia.
DOS FASES
Una vez identificados los compradores de la munición y localizados los lugares donde se sospechaba que podían estar ocultas las armas ilegales que poseían, se procedió a la explotación en dos fases de la operación, explican las mismas fuentes.
La primera de ellas en el mes de febrero y la segunda la pasada semana, en el marco de las que se procedió a la realización de un total de 17 entradas y registros en 11 provincias españolas.
A uno de los detenidos en Madrid se le intervinieron 109 armas de fuego, la mayoría de ellas cortas (pistolas y revólveres) y entre las cuales se encontraban también un fusil de asalto automático AK47 (arma de guerra) de última generación y plenamente funcional, 11 pistolas detonadoras transformadas para efectuar fuego real y cuatro pistolas semiautomáticas de fabricación completamente artesanal; además de más de 14.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres, 5,6 kilos de pólvora para la fabricación de munición y abundantes piezas y componentes esenciales para el ensamblaje y manipulación de armas de fuego.
A otra de las personas detenidas en Toledo se le intervino un enorme arsenal de armas compuesto por 104 armas de fuego (75 cortas, 20 largas, cuatro detonadoras transformadas para hacer fuego real y 5 armas prohibidas de otro tipo) y 5.936 cartuchos metálicos de diferentes calibres.
Muchas de las armas incautadas a este detenido habían sido introducidas ilegalmente en nuestro país tras haber sido adquiridas por el mismo en el extranjero.
Entre las armas intervenidas destacan las 17 armas de guerra incautadas (fusiles de asalto y subfusiles), que dada su capacidad para hacer fuego automático (ametrallador), su posesión ilegal por particulares supone un riesgo máximo para la seguridad ciudadana, tanto en caso de su utilización como de su posible desvío a organizaciones criminales o terroristas.
Algunos de los detenidos, tenían las armas municionadas y listas para su uso, o en fundas para portarlas ocultas bajo la ropa en la vía pública, evidenciándose la intencionalidad de hacer un uso efectivo e ilegal de las mismas.
Con la presente actuación, se ha impedido que el elevado número de armas incautadas, la mayoría de ellas cortas (y por tanto fácilmente ocultables), llegaran al mercado negro y hubieran llegado a manos de delincuentes.