La batalla por el equilibrio entre el turismo y la calidad de vida residencial en Europa ha encontrado un nuevo campo de batalla en Hungría, específicamente en el distrito sexto de Budapest. Este barrio, conocido por ser uno de los más visitados por los turistas en la capital, ha tomado una decisión contundente: los alquileres de corta duración serán prohibidos a partir de 2026. La votación, en la que participó el 20,52% de los vecinos, culminó con un 54% aprobando esta medida, un reflejo del creciente descontento frente a las consecuencias que el turismo masivo puede tener en el estilo de vida y el acceso a la vivienda en las zonas altamente frecuentadas.
Este resultado no sólo pone en perspectiva el debate sobre la regulación de los alquileres turísticos en el distrito, sino que también puede ser el preludio de una política más amplia en todo el país. El primer ministro Viktor Orbán ya contempla regular los alquileres de corta duración a nivel nacional, en medio de una crisis habitacional donde los precios del metro cuadrado en Budapest han visto un incremento del 3%, todo esto mientras la construcción de nuevas viviendas disminuye un 8,3%.
La ciudad de Budapest, que el último año recibió a más de 5,3 millones de turistas, se ve en una encrucijada. Por un lado, el turismo aporta ingresos y vitalidad económica; por otro, pone en jaque la accesibilidad y asequibilidad de viviendas para los residentes locales, además de alterar la tranquilidad de sus hogares. Es tal la dichotomía que el alcalde del distrito, Tamas Soproni, destacó cómo la votación refleja la preferencia de los residentes por la paz en sus hogares sobre los ingresos adicionales que puedan derivarse de los alquileres turísticos.
La medida adoptada en Budapest señala un movimiento que se está manifestando en varias partes de Europa. Países como Grecia han implementado tarifas adicionales para turistas en zonas de alta concurrencia como Mykonos y Santorini, buscando mitigar los efectos del turismo masivo en la vida local.
Estadísticas de Eurostat revelan que se reservaron casi 719 millones de noches en la Unión Europea a través de plataformas como Airbnb, Booking, entre otras, tan solo en el año 2023. París encabeza la lista de ciudades con mayor número de reservas, pero es Budapest la que sobresale en Europa Central, con 6,7 millones de noches reservadas.
La decisión de prohibir los alquileres de corta duración en Budapest no es solo un reflejo de la tensión entre los beneficios económicos del turismo y las repercusiones en la vida local, sino también un llamado a revisar y replantear cómo se equilibran estos aspectos en ciudades altamente turísticas. Con esta medida, Budapest se posiciona en el centro de un debate que continúa extendiéndose por toda Europa, poniendo en relieve la búsqueda de un equilibrio sostenible entre recibir turistas y preservar la calidad de vida de los residentes.