En una noche marcada por la celebración y la retórica política, el presidente Donald J. Trump y el vicepresidente JD Vance dirigieron sus palabras a una multitud entusiasta en el Liberty Ball, celebrado en el Walter E. Washington Convention Center de Washington D.C. El evento, que tuvo lugar el 20 de enero de 2025, se convirtió en un escaparate del apoyo que aún sostienen en la esfera pública.
Arrancando con una calurosa bienvenida, el vicepresidente Vance entonó el espíritu de camaradería y gratitud. «Estamos tan agradecidos por asegurar que esta elección fue demasiado grande para ser manipulada», afirmó, mientras la multitud respondía con vítores entusiastas. En un fuerte reconocimiento a la figura de Trump, lo describió como «el mejor presidente que este país ha tenido», lo que llevó a la audiencia a aplaudir de pie.
Trump, quien asumió la palabra, no escatimó en recordar los desafíos del frío día de inauguración y cómo la decisión de trasladar el evento al interior había salvaguardado la integridad de su discurso. «No queríamos dar a los medios la oportunidad de hacer comentarios sobre mí en medio de un clima brutal», bromeó, provocando risas y aplausos entre los asistentes. Sin embargo, entre los elogios a su administración y a su círculo familiar, el tono se tornó desafiante. Trump prometió «recuperar este país rápidamente», aludiendo a la necesidad de restaurar lo que él considera los fundamentos perdidos de la nación.
El presidente no olvidó mencionar su visión económica, haciendo alusiones a los abundantes recursos del país y su compromiso de utilizarlos en beneficio de los estadounidenses. «Vamos a tener un país fuerte, con impuestos bajos, tasas de interés razonables y una sólida defensa militar», expresó, recibiendo el apoyo fervoroso de quienes lo escuchaban.
En un momento de conexión personal, Trump también hizo referencia a su familia, destacando a miembros como su hijo Eric y su hija Ivanka, y expresando su orgullo por su legado y participación en el partido republicano. La noche culminó con una actuación del famoso grupo musical The Village People, que entonó su icónica canción «Y.M.C.A.», sellando un evento que no solo celebraba la política, sino también la unidad y el espíritu de sus seguidores.
Con una energía palpable, Trump cerró su discurso reafirmando su compromiso con el progreso y el liderazgo bajo su administración. «Vamos a hacer cosas grandes, así que solo esperen y verán», concluyó, mientras el público vitoreaba, dejándose llevar por un sentido de optimismo renovado. La velada en el Liberty Ball no solo se marcó como un rito de paso para la nueva administración, sino como un reflejo del fervor que aún persiste entre sus más leales apoyadores.
Fuente: WhiteHouse.gov