Dinamarca se vio afectada por una extensa caída de la red móvil, una incidencia que impactó significativamente en la red ferroviaria del país y provocó un colapso en los servicios de emergencia, exacerbando la alarma en una Europa ya en vilo por una creciente ola de sabotajes y ataques considerados híbridos, con miras hacia Rusia. A pesar de que la mayor parte de los servicios están en proceso de restablecimiento, las causas detrás de este perturbador incidente permanecen envueltas en misterio.
Torsten Schack Pedersen, ministro de Emergencias, expresó la urgencia y preocupación del momento, indicando que se están realizando esfuerzos concertados para monitorear y manejar la crisis que representa un reto significativo para muchos ciudadanos daneses. El Estado Mayor Operativo Nacional (NOST) se encuentra en deliberaciones continuas para abordar la emergencia de manera efectiva.
Entre las operadoras de telefonía afectadas se encuentran TDC, YouSee y Telmore, que juntas proporcionan cobertura a la mayoría del país. El nivel del caos fue tal que se imposibilitaron las llamadas al número de emergencia 112, obligando a la Policía danesa a incrementar su presencia en las calles para mantener el orden y la seguridad.
La interrupción también se extendió a los servicios de tren, con varios fallos en el sistema de señalización que detuvieron el funcionamiento normal. No obstante, para las 18:00 horas se comunicó que el sistema había sido restaurado y se inició el proceso de reanimación de los servicios ferroviarios, aunque la tarea de movilizar a los 31 trenes detenidos representa un desafío de tiempo y logística, como indicó el subdirector Nicolai Smidt Sigsgaard.
Un elemento inesperado en este escenario es la información proporcionada por TDC, que sugiere que los problemas de la red móvil y el incidente con un avión en Lituania, que resultó en la muerte de un piloto español, no estarían conectados. Sin embargo, este suceso añade más inquietud en un continente ya alerta.
Lasse Bjerre Sørensen, director de comunicación de TDC, subrayó la singularidad del fallo experimentado y mencionó que la compañía está colaborando con expertos de todo el mundo para investigar a fondo el incidente. A pesar de la falta de claridad sobre las causas, Sørensen describió el problema como un «atasco» en la red, incapaz de manejar el voluminoso tráfico y las numerosas llamadas recibidas.
Este acontecimiento sucede en un contexto de tensión y alarma en Europa, donde se han identificado diversos actos de sabotaje y espionaje ligados a Rusia, incluidos incendios en compañías de defensa, cortes de cables submarinos de telecomunicaciones y tentativas de atentados en aeropuertos, lo que intensifica la atmósfera de paranoia y vigilancia en el continente.
A medida que Dinamarca y Europa intentan navegar por este complejo panorama de seguridad y tecnología, el incidente en Dinamarca subraya la frágil interconexión de los sistemas modernos y la necesidad de resilientizar las infraestructuras críticas frente a amenazas potenciales no convencionales.